Según un informe de este instituto, más de dos millones de personas en el Reino Unido podrían perder la vista como consecuencia de afecciones tratables, como el glaucoma y la retinopatía diabética, y otro medio millón de personas sufre deterioro visual debido al uso de gafas con una graduación inadecuada o por no buscar tratamiento para las cataratas, una operación que obtiene éxito en un 90% de los casos.

El documento subraya que a pesar de que un 90% de las personas temen más la discapacidad visual sobrevenida que cualquier otra discapacidad sensorial, un tercio de los encuestados no se había realizado una revisión visual en los dos últimos años.

Ello se debe a que la mayoría de las personas creen que no tienen que acudir a chequeos si no notan ningún síntoma de problemas visuales. Sin embargo, estas pruebas permiten diagnosticar afecciones que si no se tratan a tiempo pueden causar ceguera.

Por ello, el RNIB ha pedido al Gobierno de Tony Blair que realice amplias campañas informativas sobre la importancia de acudir a chequeos visuales regulares, para evitar que miles de personas pierdan la vista como consecuencia del envejecimiento de la población y el incremento de la incidencia de patologías como la diabetes.