En su tesis doctoral "El sector eléctrico español ante el proceso de liberalización. Análisis comparativo de experiencias internacionales", Palacín apunta el intervencionismo de los gobiernos como una de las principales causas del escaso nivel de competencia en el sector eléctrico español.

"El amplio margen de las directivas europeas ha permitido que cada país diseñe un traje a su medida, salvaguardando los intereses energéticos y empresariales nacionales. De esta manera, se han establecido una multitud de filosofías reguladoras que en vez de exigir una separación vertical y horizontal de las empresas, han permitido una mayor concentración en los mercados eléctricos nacionales", explica el doctor.

El estudio revela que en la mayoría de los países los tres principales productores poseen una cuota superior al 80%, al igual que sucede con el suministro de energía.

Además de una subida de las facturas a medio plazo, la tesis apunta a otra consecuencia importante: el deterioro de la calidad del servicio para los usuarios por falta de inversiones, tanto en generación como en transporte y distribución, debido básicamente a la falta de inversiones por parte de las compañías, la oposición social a nuevas infraestructuras y el excesivo consumo.

CONEXIONES INTERNACIONALES

Otra de las causas detectadas es la insuficiencia de infraestructuras de interconexión que permitan unir los mercados internacionales e incrementar la competencia en la generación y comercialización de la energía. España posee una capacidad de interconexión de tan sólo un 3% de la demanda máxima, lo que revela la precariedad de sus enlaces con otros sistemas eléctricos.

Según concluye el estudio, la ausencia de una infraestructura adecuada y la falta de compromiso de los actores del panorama eléctrico nacional hacen prácticamente imposible la creación del mercado único europeo. Por esta razón, resulta imprescindible implementar las medidas anteriormente mencionadas para asegurar el suministro y la calidad del servicio al menor coste posible.

"Sin embargo, también deben adoptarse otras acciones, entre las que destacan evitar la regulación inestable, garantizar la independencia e incrementar las competencias de los organismos reguladores, así como potenciar la contratación bilateral entre agentes y diversificar la producción. Sin olvidar, por cierto, la necesidad de concienciar a la población de que se debe realizar un consumo eficiente de la energía que frene el incremento de la demanda", sostiene Palacín.