Así se desprende de un análisis publicado por la entidad bancaria este viernes, comparando la contratación por sectores y duración de los contratos entre enero y agosto de los años 2019 y 2022.

Según el informe, los sectores que continúan utilizando los contratos de siete o menos días son los mismos en 2022 que en 2019.

La hostelería concentra el 24% de los contratos de esta duración hasta agosto, seguido por la industria manufacturera (13%) y las actividades artísticas (12%). El descenso de este tipo de contratos es “comparativamente elevado” en la hostelería, que en 2019 representaba el 35% de los de corta duración.

En cuanto a los contratos de entre 7 y 15 días o de entre 15 días y un mes, los resultados son “algo más heterogéneos”. La hostelería destaca por su peso y por el descenso registrado en 2022. Sin embargo, en otros sectores con una participación significativa, como el primario y, sobre todo, la industria manufacturera, su peso en los contratos entre 7 y 15 días aumenta.

De hecho, la industria manufacturera incrementa su participación en todos los contratos temporales de menos de seis meses y la reduce en los indefinidos.

Por su parte, el comercio y la hostelería recortan su participación en los contratos entre uno y seis meses, mientras que el sector primario, la industria manufacturera, las actividades administrativas y las sanitarias la amplían.

Asimismo, BBVA subrayó que las ramas de actividad asociadas al sector público (administración pública, educación y actividades sanitarias) son “las que más acentúan su participación en los contratos temporales de más de seis meses”.

Por otro lado, la distribución sectorial de los contratos temporales de duración indeterminada es similar, aunque destacan los cambios en el sector primario, que concentra un 22% de los contratos en 2022, tres puntos menos que en 2019. La construcción y la hostelería también pierden peso (del 10% al 6%), mientras que las actividades sanitarias lo incrementan (del 5% al 11%).

Al respecto de los indefinidos, la hostelería concentra el 22% de estos contratos firmados en 2022 frente al 19% en 2019. También se aprecia este incremento en el sector primario (del 5% al 10%), la construcción (del 7% al 9%) y las actividades administrativas (del 6% al 8%). Por el contrario, la industria manufacturera reduce su peso del 10% al 7%.