Así se expresó en el encuentro informativo organizado por Nueva Economía Fórum en Madrid, en el que fue presentada por la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero. También asistieron los ministros del Interior, Fernando Grande-Marlaska, y de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.

Ribera se mostró “sorprendida” de que la Xunta haya solicitado al Gobierno 11 embarcaciones, dos helicópteros, un retén suficiente de personal en tierra, formación básica de voluntariado y un ROV Comanche (robot submarino) para sellar el colector del que salen los gránulos de plástico.

Indicó que el Gobierno gallego ha pasado de enviar una carta a los alcaldes de la región pidiendo que trabajen en las playas para retirar los pélets arrojados desde el buque ‘Toconao’ el pasado 8 de diciembre en aguas de Viana do Castelo (Portugal) porque es “imposible” recogerlos en el mar a reclamar “prácticamente todos los medios marinos de Salvamento Marítimo”.

“SEAMOS COHERENTES”

Ribera definió como “gran irresponsabilidad” esa solicitud porque haber otras circunstancias que atender, "desde emigrantes a los que hay que rescatar en alta mar hasta cualquier episodio, cualquier dificultad que pueda requerir un auxilio inmediato”.

Subrayó que el Gobierno está “en condiciones de ayudar a quien lo pida con arreglo a los protocolos y a las herramientas” articuladas a lo largo de los años mediante un protocolo aprobado en 2012.

“¿Disponibles? Totalmente disponibles, pero venga, hombre, no me pida usted casi tres veces más de lo que pidió en el ‘Prestige’. Es decir, seamos coherentes. Buscamos la mejor manera de ayudarnos los unos a los otros, creo que los ciudadanos aprecian profundamente cuando colaboramos las administraciones, pero no me diga que aquello que es útil no lo quiere y que, sin embargo, me manda una carta a los Reyes Magos que dejaría sin cobertura al resto del país y que probablemente tendría muy poca eficacia”, apuntó.

En este sentido, recalcó que “es útil imaginarnos o acercarnos a esas costas y coger un barquito y que alguien nos diga si ve pélets en el en el mar, con independencia, obviamente, de las tareas de vigilancia, la posible identificación y el protocolo para cualquier barco que esté navegando por esas aguas".

Por último, Ribera destacó que “el problema de fondo” es que los mares “no pueden ser basureros” y que la “lealtad” institucional debe ir en “dos direcciones”. “Que lo que se pida tenga sentido, no que se pidan cosas que se sabe que, como no tienen sentido, pues muy probablemente no tengan respuesta favorable”, concluyó.