Medio ambiente

Los ríos de Alaska se tiñen de naranja por el cambio climático

- El deshielo del permafrost expone minerales que oxidan el agua, según un estudio

- “Parecen casi un zumo de naranja con leche”, según un investigador

MADRID
SERVIMEDIA

El agua de docenas de los arroyos y ríos más remotos de Alaska están cambiando su color de un azul cristalino a un naranja turbio debido al cambio climático, pues el deshielo del permafrost expone minerales que estaban bajo esa capa congelada y los oxida en la superficie.

Así lo explica un equipo de 11 investigadores pertenecientes a instituciones de Estados Unidos en un estudio publicado en la revista ‘Nature Communications: Earth & Environment’.

Por primera vez, un equipo de investigadores ha documentado y tomado muestras de algunas de las aguas contaminadas e identificaron 75 ubicaciones la cordillera de Brooks, al norte de Alaska.

Estos ríos y arroyos degradados por el hierro y otros metales tóicos podrían tener implicaciones significativas para el agua potable y la pesca en las cuencas del Ártico a medida que cambia el clima, según los investigadores.

"Cuanto más volábamos, comenzamos a notar más y más ríos y arroyos de color naranja", indica Jon O'Donnell, del Servicio de Parques Nacionales de Estados Unidos, que añade: “Hay ciertos sitios que parecen casi un zumo de naranja con leche”.

O’Donnell destaca que “esos arroyos de color naranja pueden ser problemáticos por ser tóxicos pero también podrían impedir la migración de peces a las zonas de desove”.

VISIBLE DESDE EL ESPACIO

O'Donnell percibió ese fenómeno por primera vez cuando visitó un río en 2018 que parecía oxidado, a pesar de haber estado limpio el año anterior. Comenzó a investigar y a recopilar ubicaciones mientras tomaba muestras de agua donde era posible, ya que hay regiones remotas en las que solo se puede acceder en helicóptero.

"Los ríos manchados son tan grandes que podemos verlos desde el espacio", asegura Brett Poulin, profesor asistente de toxicología ambiental en la Universidad de California en Davis,

Poulin pensó que la tinción se parecía a lo que sucede con el drenaje ácido de las minas, pero no hay lugares mineros cerca de ninguno de los ríos deteriorados, incluso a lo largo del río Salmon y otras aguas protegidas por el Gobierno de Estados Unidos.

Una hipótesis es que el permafrost, que es esencialmente suelo congelado, almacena minerales. A medida que el clima se calienta, los minerales metálicos que alguna vez estuvieron bajo el hielo quedan expuestos al agua y al oxígeno, lo que se traduce en en la liberación de ácido y metales.

Poulin y otro colega analizaron muestras iniciales y luego las recogieron el pasado agosto, mientras que otros tomaron muestras en junio y julio.

AGUA ÁCIDA

Algunas muestras de las aguas deterioradas tienen un pH de 2,3 en comparación con el pH promedio de 8 para estos ríos. Esto significa que los minerales de sulfuro se están erosionando, lo que genera condiciones altamente ácidas y corrosivas que liberan metales adicionales. Se han medido niveles elevados o elevados de hierro, zinc, níquel, cobre y cadmio.

"Vemos muchos tipos diferentes de metales en estas aguas", recalca Taylor Evinger, que colaboró en la investigación y agrega: “Uno de los metales más dominantes es el hierro. Eso es lo que está provocando el cambio de color”.

Si bien O'Donnell notó un cambio por primera vez en 2018, las imágenes de satélite han mostrado aguas manchadas que se remontan a 2008. “Con el tiempo, el problema se está propagando lentamente desde las cabeceras pequeñas hacia los ríos más grandes”, indica O’Donnell.

Por otro lado, este problema afecta al hábitat, la calidad del agua y otros sistemas ecológicos, convirtiendo áreas saludables en hábitats degradados con menos peces e invertebrados. Si las comunidades rurales dependen de estos ríos para obtener agua potable, eventualmente podrían necesitar tratamiento y las poblaciones pesqueras que alimentan a los residentes locales podrían verse afectadas.

"Hay muchas implicaciones. A medida que el clima continúa calentándose, esperaríamos que el permafrost continúe derritiéndose y, por lo tanto, dondequiera que haya este tipo de minerales, existe la posibilidad de que los arroyos se vuelvan anaranjados y se degraden en términos de calidad del agua", concluye O’Donnell.

(SERVIMEDIA)
23 Mayo 2024
MGR/gja