Según Rojo, las previsiones realizadas por los expertos del Banco de España señalan que el PIB crecerá entre año entre un 1,3 y un 1,5 por ciento y, en 1993, de un 0,8 a un 1 por cien. El Gobierno maneja la cifra más alta en mbos casos, un 1,5 y un 1 por cien.

El Banco de España también considera que la inversión se reducirá este ejercicio un 1,4 por ciento, mientras que el Ejecutivo mantiene que será igual a la de 1991.

Sin embargo, la autoridad monetaria es más optimista en cuanto a la evolución del déficit exterior, ya que confía en que la devaluación de la peseta reduzca el crecimiento de las importaciones al 5,6 por ciento, prácticamente lo mismo que el de las exportaciones.

Por otra parte, Rojo aseguró queel Ministerio de Economía tendrá dificultades para devolver al Banco de España el dinero que ha tomado prestado para financiar el déficit público, ya que para ello necesitará emitir 2,75 billones de pesetas en deuda pública antes de que termine 1992.

A su juicio, para ello habrá de recurrir a la deuda a corto plazo, a tres y seis meses, que es más cara, dadas las dificultades para encontrar compradores de deuda a largo como consecuencia de las turbulencias financieras.

Precisó, no obstante, que Epaña volverá poco a poco a ser receptor de inversiones extranjeros en deuda pública e incluso se felicitó de que su presencia no sea tan elevada como antes de la crisis monetaria, por entender que vuelve a la economía nacional demasiado vulnerable a las especulaciones.

Rojo señaló que la economía española necesita, para resolver sus problemas, una mayor moderación de las rentas salariales y no salariales, así como una superior contención del gasto público.

Añadió que, mientras se mantenga la inflción provocada por la falta de rigor en ambos terrenos, no pueden esperarse reducciones sustanciales de los tipos de interés, si bien recalcó que la tormenta monetaria ha tenido un componente básicamente especulativo, del que no es culpable la política económica del Gobierno.

Recordó, a este respecto, que un país sin desequilibrios económicos, como Francia, necesitó una línea de crédito de 32.000 millones de dólares abierta por el Bundesbank para poder defenderse de la especulación contra el franco.TIPOS DE INTERES

Por su parte, el secretario de Estado de Economía, Pedro Pérez, que también compareció ante la Comisión de Presupuestos, dijo que los tipos de interés podrían bajar el año que viene.

Pérez aseguró que el cuadro macroeconómico del Gobierno para el 93 no sólo no es optimista, sino que incluye previsiones más duras que las que todavía mantienen para España la CE y la OCDE.

También explicó que las emisiones de deuda previstas para el año que viene ascienden a 13 billones de pests y se mostró convencido de que, conforme "las aguas vuelvan a su cauce", será posible encontrar compradores sin necesidad encarecer la carga de intereses.