El Grupo Socialista pidió, tras la emisión de este debate, las explicaciones del director general de RTVE, Fernando López Amor, y el visionado del programa en una de las reuniones de la comisión.

Los parlamentarios del Grupo Popular, dice Peñalosa en un comnicado, se niegan a acudir a esa reunión "por respeto a la libertad de expresión y para no contribuir al espectáculo que los socialistas pretenden montar".

"Sería el colmo que los socialistas obligaran a los parlamentarios a ver la televisión cada vez que no les gusta un programa, después de manipular RTVE durante catorce años", añadió.

Peñalosa muestra demás su oposición a que se "instrumentalice el Congreso de los Diputados para servir a la estrategia socialista de ataque permanente contra los rofesionales de TVE y de nostalgia de la censura previa".

Debatir sobre las opiniones "expresadas libremente por los invitados a un programa de televisión y, más aún, hacerlo con el numerito previo del cine programado en sede parlamentario" es, a su juicio, "rotundamente descabellado".