La nacionalidad de los alumnos, aunque es mayoritaria la procedente de Ecuador, alcanza también a otros países como República Dominicana, China o Bolivia, además de la minoría (8%) española.

El centro, concertado con la Comunidad de Madrid, pertenece a la congregación de los franciscanos-capuchinos, lo que naturalmente le otorga un marcado carácter católico. Sin embargo, en palabras a Servimedia de su director, Luis Peña,"esto no es un problema ya que a los alumnos que profesan diferentes religiones no se les obliga a asistir a las clases de Religión".

La singularidad de este centro, además de ser ejemplo de tolerancia religiosa, es su condición de concertado, a pesar de ser mayoritariamente inmigrante.

También, según explicó Peña, recibe diversas ayudas por parte de las administraciones, puesto que la gran mayoría de sus alumnos provienen de familias monoparentales y desestructuradas (alcoholismo, clima de agresividad, paro periódico, bajo nivel cutural...).

El consejero madrileño anunció en su visita la incorporación en breve de un profesor, a petición del centro, que ayude en las labores de psicología terapéutica a aquellos alumnos que necesiten una educación especial, ya que hasta ahora sólo contaba con un docente que cubría sólo media jornada.

Peral manifestó también la importancia de los resultados de la prueba académica realizada en su día, que concluyó con nota tan alta, porque, según él, "demuestran que la totalintegración del inmigrante en la Comunidad de Madrid es una realidad cada vez más palpable en nuestra sociedad".

"Todo esto es fruto del esfuerzo diario de todos, en especial, de los profesores que se entregan día a día en la labor de proporcionar a los alumnos un futuro mejor", manifestó a los periodistas que acompañaron la visita.