Así lo dijo en una intervención en el Ateneo de Madrid, que La Moncloa enmarcó como su arranque del curso político, y en la que criticó el “tiempo inútil” en el que el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, ha inmerso a España al someterse a una “investidura fallida” a final de septiembre.

Al margen de las referencias a Feijóo, por criticar un “mecanismo constitucional” del que está “aprovechándose” por "mantener su puesto en su partido", Sánchez aprovechó para reiterar su intención de seguir al frente de Gobierno.

Ahondó en que mantiene su “absoluto compromiso” con el proyecto “progresista, reformista y europeísta” que ha marcado, dijo, la acción de su Ejecutivo y, por tanto, su firme “compromiso” de “darle continuidad en esta nueva legislatura” en la que es consciente de que no podrá gobernar un único partido.

Para esta acción va a luchar “con todas” sus fuerzas para “hacerlo posible”, “sin dilación” y “tan pronto como se consuma este tiempo de espera inútil con el que, por desgracia, Feijóo ha decidido entretener a la sociedad española”.

Pero se trata de un momento, dijo, en el que “todos” los partidos son “perfectamente conscientes” de que “la tarea de acordar y de investir un nuevo gobierno va a ser compleja y exigente”.

“Por eso quiero aprovechar la ocasión para agradecer de antemano a todas las fuerzas con representación parlamentaria la altura de Estado que están demostrando en su voluntad de negociar y entenderse con el PSOE y con Sumar”, manifestó.

Unas palabras que coincidieron con el momento en el que desde Sumar se confirmó la reunión de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, con el líder de Junts y expresidente catalán, Carles Puigdemont, en Bruselas y de la que el PSOE quiere marcar distancias asegurando que, aunque sabían de la cita, “no tiene nada que ver con nosotros” y Díaz “va en nombre de Sumar, no representa al PSOE”.

Así las cosas, el líder socialista ahondó en que “son muchas las cosas que separan al PSOE de esas fuerzas políticas”, sin citar a ninguna en concreto, pero ensalzó que también “son muchas e importantes las que nos unen” como que “cuando hay voluntad de entenderse, la pluralidad puede significar, además de riqueza, estabilidad”.

En su exposición sobre el proyecto al que quiere dar “continuidad” en el Gobierno, Sánchez ahondó en su apuesta “por el diálogo y la concordia como la mejor solución” para “avanzar en la solución de la grave fractura” que heredó, dijo, en Cataluña.

“Una solución plenamente constitucional, y que ha funcionado, porque Cataluña está infinitamente mejor que hace un lustro”, ensalzó el presidente en funciones, y que supone que “llega el momento de ser coherentes y de seguir avanzando en ese propósito por la convivencia” hasta el punto de que “la próxima legislatura debe ser la que deje atrás definitivamente la fractura que vivimos en 2017”.

En este sentido, recordó que en este pasado mandato, su Gobierno adoptó medidas "arriesgadas, valientes, también incomprendidas" para muchos ciudadanos, en alusión a los indultos o la supresión de la sedición y la reforma de la malversación y demás reforma el Código Penal, pero lo hizo por "un fin noble".

Así alegó que si los últimos años han sido los del "rencuentro y la concordia", los próximos serán los que consoliden la "cohesión territorial y garanticen la convivencia en democracia". "No podemos repetir los errores del pasado, es el momento de la política, de pasar página, de aprender de esos errores y de mirar hacia un futuro de convivencia", apostilló.

Sánchez cerró su intervención confiando en que España contará "pronto" con un gobierno "progresista" que seguirá aportando "prosperidad, estabilidad y convivencia", y que seguirá encarando el futuro "sin temor, con ambición y con audacia".