Así lo dijo en su discurso, en la apertura de la sesión plenaria de la XII Reunión de Alto Nivel Marruecos-España, en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, en Rabat.

En sus palabras, después del jefe del Ejecutivo marroquí, Aziz Akhannouch, y con las dos delegaciones frente a frente, Sánchez también reconoció estar “muy satisfecho del éxito de la primera expedición comercial” que tuvo lugar el pasado viernes a través de las aduanas de Ceuta y Melilla.

“Vamos a garantizar juntos que estas aduanas sigan abriéndose de manera ordenada progresiva hasta llegar a la plena normalización del paso de personas y también de mercancías”, tal y como se acordó en la cita de abril, cuando el jefe del Ejecutivo español se desplazó a Rabat invitado por el rey Mohamed VI.

Mientras Sánchez remarcó el compromiso de recurrir “a la transparencia, a la comunicación permanente" y "siempre al diálogo y no a los hechos consumados”, Akhannouch apuntó que la “nueva etapa” que se abre asienta una relación “basada en la confianza, la transparencia y el respeto mutuo así como el respeto de los compromisos”.

Entre los compromisos a los que se refirieron los dos mandatarios está la declaración de abril de 2022, que supuso el fin de la última crisis entre los dos países, y así Akhannouch saludó “la posición de Reino de España a la cuestión del Sahara y el apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos en 2007 como la base más sólida, más realista y más creíble para resolver este conflicto artificial”.

Además, defendió que la nueva asociación supone “consolidar un diálogo transparente y continuo, basado en la confianza y respeto mutuo, a propósito de todas las cuestiones de interés común”.

Sánchez no hizo mención expresa al Sahara pero, según recuerdan fuentes del Ejecutivo, la posición es la reflejada en la declaración de abril y no ha sufrido cambio alguno. Entonces, en la declaración conjunta se afirmó que “España considera la iniciativa de autonomía marroquí, presentada en 2007, como la base más seria, realista y creíble para resolver este diferendo”.

Pero la clave económica estuvo muy presente en este reunión para que “la asociación económica avanzada” entre ambos países, como dijo el presidente Sánchez, “desarrolle nuevos proyectos de inversión que acompañen al extraordinario proceso de desarrollo y de modernización que está experimentando el Reino de Marruecos”.

Por su parte, Akhannouch defendió que “la evolución de las relaciones bilaterales entre Marruecos y España coincide con el avance que conoce el país en todos los ámbitos” y se mostró “convencido” del mandato del Rey para “consolidar el Estado de derecho, las libertades, y la realización de reformas políticas económicas y sociales para alcanzar un desarrollo sostenible y equilibrado” del país.

En ese marco, según apuntaron fuentes gubernamentales, Marruecos tiene planes de futuro hasta 2050 por valor de 45.000 millones de euros, lo que indican que abre un importante foco de negocio para las empresas españolas, que se sentirán, aseveran, “acompañadas” por el Ejecutivo.