Sánchez comentó en un acto de partido los “fantásticos” datos de paro registrado y afiliación de abril, que sitúan el desempleo en 73.890 personas menos y la ocupación en 238.436 personas más, peero apuntó que “todo es gracias” al “esfuerzo” y “dedicación” de trabajadores, empresarios y autónomos.

“No es un éxito del Gobierno, sino un éxito de país y un fracaso de los agoreros de siempre”, expresó Sánchez, aunque puso en valor las “reformas con derechos” impulsadas por el Ejecutivo que preside, y que, a su juicio, marcan la diferencias con las recetas de la derecha en la pasada crisis financiera.

El presidente admitió que aun “queda por hacer” pero que ya se ha emprendido el camino y toca “continuar”, por lo que pidió también a la patronal que “se siente” con los sindicatos y “llegue a un acuerdo” para subir los salarios y “se equilibre el reparto de la riqueza entre empresarios y trabajo”.

En clave local, el líder del PSOE se mostró seguro de que el candidato socialista a la Alcaldía de Barcelona, Jaume Collboni, lo va a “conseguir” y se va a “recuperar” una nueva versión de la ciudad.

“A mí no me cabe duda de que esas ansias y hambre de cambio se va a materializar con un apoyo masivo” a Collboni, afirmó Sánchez, porque “necesitamos esa alianza” de que “grandes ciudades se pongan del lado del Gobierno y saquen adelante la agenda del Gobierno”.

Tras señalar que la ciudad condal ha sido “más grande” cuando ha tenido al frente a alcaldes socialistas, señaló que Barcelona, Cataluña y España “necesitan” alcaldes “comprometidos” con el bienestar de los ciudadanos.

Así las cosas, reivindicó la recuperación de la “convivencia” en Cataluña como uno de los hechos que ha logrado el Ejecutivo “a pesar” de lo pasado y que enumera en cada acto, como la reforma laboral, la subida del Salario Mínimo o la revalorización de las pensiones. “Si todo esto hemos sido capaces, tras una pandemia y en plena guerra, qué no seremos capaces de hacer cuando el viento sople a favor, y ese día llegará”, concluyó Sánchez ante un entregado público de unas 2.500 personas, según la organización, que esperó el inicio del acto durante casi una hora de retraso.