“Si no queremos que se repita” lo que ocurrió en 2019, cuando venció el PSOE y se apostó por “un cambio de esta región” pero “desde los cuarteles generales de Madrid se impidió y bloqueó" ese cambio conformando un gobierno del PP y Ciudadanos, Sánchez pidió "no repartir el voto sino concentrarlo en el cambio que es el PSOE y Luis Tudanca”.

En el último acto del PSOE en esta campaña electoral, Sánchez destacó que Castilla y León es una “tierra moderada y amante del sentido común" y, por eso, “abrirá las puertas al cambio y la esperanza y va a cerrar a la coalición de la derecha y la ultraderecha”, que son la “combinación del agotamiento más la involución".

El presidente reivindicó la “buena política” porque “la política es algo muy serio y es lo que hace el Gobierno del PSOE y no el Partido Popular”. La política "no es hacerse un 'book' de fotos, no es hablar en un secadero de jamones, ni delante de ovejas, vacas o terneros, es subir el Salario Mínimo Interprofesional, revalorizar las pensiones, aprobar un Ingreso Mínimo Vital, aprobar Ley de Muerte Digna, la Ley de Formación Profesional y descentralizar instituciones”, remachó.

Por todo ello, el líder socialista afirmó que España no se merece, ni Castilla y León se merece a este PP de Casado y de Mañueco” porque, aunque “se habla mucho del error de un diputado” del PP que terminó aprobando la reforma laboral, la cuestión es de “toda una organización que vota en contra de un avance para 20 millones de trabajadores”.

Sánchez, con las ministras de Educación y de Industria, Pilar Alegría y Reyes Maroto, respectivamente, reivindicó la gestión de su Gobierno porque, “con una emergencia sanitaria del calibre de la covid”, se ha logrado recuperar los niveles de empleo de antes de 2008, pese a que el Partido Popular no lo ve y habla de “bancarrota”.

Entre otros datos, el presidente destacó el “histórico” conocido hoy de que en 2021 se crearon más de 100.000 empresas, lo que demuestra, dijo, que los socialistas gestionan “mejor la economía que la derecha”.

Como ejemplo, indicó que la “herencia” de la anterior crisis fue el banco malo que ha terminado costando millones a los españoles frente a los 140.000 millones de euros de los actuales fondos europeos.

En esta clave económica, Sánchez alertó de que “siempre que alguien habla de bajada de impuestos, son recortes del Estado del bienestar”, ante un auditorio que aplaudió “cuan importante” que es la descentralización del Estado porque “el reparto de competencias es bueno”.

“Lo que no es bueno es no asumir responsabilidades y decir que la culpa la tiene siempre otro”, explicó Sánchez, tras avisar de que las ideologías neoliberalistas dicen que "la sanidad debía ser una mercancía y no un bien público".

El presidente se mostró convencido de que la "ola roja" de la socialdemocracia que se ha extendido por Europa y repetido recientemente con la victoria en Portugal, también "llegará" a Castilla y León y se mostró confiado de "deseo se va a hacer realidad" el 13-F.