Satse denunció, además, que las enfermeras y fisioterapeutas sufren, desde el recorte salarial del 5% estipulado en 2010 por el Gobierno, “una progresiva pérdida de poder adquisitivo que alcanza el 30%, mientras que su salario base es de unos 1.200 o 1.300 euros al mes de media”. Con una inflación que supera ya los dos dígitos, el sindicato cree que citado el aumento del 8,5% es “más necesario que nunca”.

“Qué mejor uso se puede dar al dinero de los impuestos a la banca y a las empresas energéticas que destinarlo a la mejora de la Sanidad pública y de las condiciones de sus profesionales”, explicaron desde SATSE. Según el Sindicato de Enfermería, la “inflación se ha convertido en el principal problema de la gran mayoría de los hogares españoles” y, por ello, reclama al Gobierno “que mejore, con el dinero que recaudará vía nuevos impuestos, las economías familiares de miles de profesionales que siguen sin ser reconocidos retributivamente como se merecen”.

Ssubrayó que el incremento del 2% que se acordó el presente año para el conjunto de trabajadores de la sanidad pública es “absolutamente insuficiente y cicatero”, ya que la inflación sigue agudizándose mes a mes.

Asimismo, recordó que los partidos políticos se comprometieron en julio de 2020, en la Comisión para la Reconstrucción Social y Económica del Congreso de los Diputados, a “establecer instrumentos de gestión de recursos humanos y modelos retributivos suficientes que incentiven adecuadamente a los profesionales sanitarios y garanticen un nivel de vida digno”.