Stellantis tiene una elevada exposición al mercado estadounidense, que representó más del 40% de las ventas en 2024, y a su sustancial dependencia de la producción en Canadá y México.

Stellantis dependía de México para la producción de su marca RAM (un tercio de los ingresos de Estados Unidos en 2024) y de Canadá para Chrysler (10%) y Jeep (45%).

Stellantis Canadá ha interrumpido la producción de Jeep en 2024 debido a la puesta a punto de la fábrica y a una estrategia de gestión de inventarios, que ha continuado en 2025 desde que se impusieron los nuevos aranceles.

Volkswagen, con un 21% de los ingresos en Estados Unidos, está menos expuesta que Stellantis, según Scope. Sin embargo, depende de líneas de producción en Canadá y México para suministrar a Estados Unidos coches y camiones para el mercado de masas. Además, la unidad de coches deportivos Porsche suministra a Estados Unidos desde fábricas en Europa.

El grupo alemán registró un descenso del 40% en su beneficio operativo del primer trimestre, al suspender los envíos a Estados Unidos de algunos modelos fabricados en Canadá y México.

Scope ve a BMW y Mercedes-Benz, como fabricantes de automóviles de gama alta, potencialmente menos vulnerables, porque están en mejores condiciones de repercutir los costes arancelarios a los clientes a través de precios más altos en sus modelos, para los que hay menos alternativas que para las marcas de gran consumo.

"Ambos fabricantes están muy expuestos al mercado estadounidense, que representa entre una quinta y una cuarta parte de sus ingresos, respectivamente, pero con una proporción significativa de coches fabricados en el país, casi el 50% en el caso de BMW", detalla.

Ferrari ha dicho que aumentará los precios debido a los nuevos aranceles sobre sus coches deportivos fabricados en Italia, productos de gama alta para los que es probable que la demanda resulte inelástica, señalan los expertos de Scope.