Así lo subrayó en la inauguración de la conferencia sobre la consolidación de la cooperación entre Ameripol (la Comunidad de Policías de América), la UE, Europol e Interpol.

El acto se celebró en Alcalá de Henares (Madrid) y fue organizado por la División de Cooperación Internacional de Policía Nacional en el marco de la Presidencia Española de la UE. Durante la conferencia se firmó el tratado constitutivo y de consolidación jurídica entre las citadas entidades.

Ameripol es un organismo de cooperación policial para el continente americano que, auspiciado desde 2011 por España y apoyado por la Unión Europea, pretende desempeñar en América un papel equivalente al de Europol en el continente europeo en su lucha contra el crimen organizado. Se prevé que se lleve a cabo la firma de su Tratado Constitutivo el próximo 9 de noviembre en Brasilia (Brasil).

Rafael Pérez destacó ante los asistentes la importancia de “convertir a Ameripol en el eje de transmisión de la cooperación policial multilateral en y para el continente americano” y resaltó que “la lucha global contra el crimen organizado requiere de planteamientos globales y, por tanto, apoyos y acuerdos globales de trabajo”.

Al acto asistieron el presidente de Ameripol, Andrés Severino, el director ejecutivo adjunto de Europol, Jürgen Ebner, el secretario general de Interpol, Jürgen Stock, y la jefa de la División de Cooperación Internacional de Policía Nacional, Alicia Malo, entre otras autoridades.

PRESIDENCIA DE LA UE

El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande -Marlaska, fijó como objetivo para la presidencia española de la UE incrementar la cooperación internacional policial a través de distintas organizaciones como Ameripol, Interpol, y las agencias y mecanismos de la Unión Europea.

En este sentido, el pasado mes de septiembre se celebró en Bruselas la reunión ministerial entre los 27 y el Comité Latinoamericano de Seguridad Interior (Clasi), con el objetivo de fortalecer la cooperación contra la delincuencia transnacional grave y organizada y establecer un marco de colaboración conjunto estable y permanente.

Entre las prioridades de la cooperación policial está la lucha contra el narcotráfico, la trata de personas y el tráfico ilícito de migrantes y de armas de fuego, así como la lucha contra el abuso sexual de menores o la delincuencia informática, entre otros delitos.