Respecto al pan, a pesar de que se produjo una leve caída en la producción (753 millones de kilos, un 0,13% menos que el año pasado) el aumento de precios compensó esta caída, y la facturación por esta vía aumentó ligeramente -1.092 millones, un 0,31% más que el año pasado-. El grueso del crecimiento se vivió en la bollería y pastelería, que creció tanto en producción (233 millones de kilos, un 6,99% más) como en facturación (846 millones, un 6,45% más).

La rueda de prensa contó con la presencia del secretario general de Asemac, Jorge de Saja, y del director general de Alimentación del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, José Miguel Herrero, quien aseguró que el objetivo establecido desde el Gobierno es hacer que España sea un "referente nacional" en la alimentación. "Queremos dar alimentos cada vez más específicos y renovar la cartera para las nuevas necesidades de un consumidor que demanda productos más personalizados”, aclaró.

Asimismo, subrayó la importancia de la Estrategia Nacional de Alimentación, aprobada el pasado mes de enero, sobre la que indicó que es una hoja de ruta que el Gobierno impulsó para “evitar cualquier disrupción" sobre el suministro de materias primas críticas.

También destacó los puntos sobre los que se vertebra esta política alimentaria: el abastecimiento estratégico, la sostenibilidad, fortalecer zonas rurales altamente dependientes, y mejorar la salud a través de la alimentación, la innovación y la aplicación de la tecnología en la cadena de valores.

En esta misma línea, se refirió también a la implementación de la Ley de Desperdicio Alimentario, una medida con la que quieren “concienciar” a los agentes del sector sobre la importancia de aprovechar lo máximo posible cada producto. “Hay que establecer acuerdos con organizaciones benéficas para que los alimentos retirados de la cadena de suministro sean repartidos entre los colectivos más vulnerables”, confirmó Herrero.

PREOCUPADOS POR LOS ARANCELES

Por su parte, el secretario general de Asemac, Jorge De Saja, afirmó que la crisis arancelaria emprendida por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es “preocupante” desde el punto de vista de la importación de algunas materias primas, como las almendras.

Además, alertó sobre los efectos que esta guerra comercial podría tener en otros alimentos, como el cacao, un producto que "difícilmente se verá afectado", ya que proviene de países sudamericanos y africanos” -según el IPC de marzo, su precio ya es un 12,1% más caro que el año pasado- aunque indicó que "tampoco es descartable" que los precios se incrementen de forma indirecta.