Con motivo del acto de petición de mano, la infanta regaló, como ya hiciera su hermana Elena hace año y medio, un reloj a su prometido, que le correspondió con la entrega de un anillo de brillantes.

La infanta, que lucía un traje de color beige claro y un pañuelo al cuello, e Iñaki Urdangarín, con traje oscuro, camisa azulcorbata a rayas, pasearon durante unos minutos por los jardines de La Zarzuela ante los cientos de fotógrafos de medios de comunicación españoles y extranjeros que se dieron cita en el palacio.

Cogidos de la mano y como fondo las praderas y el excepcional encinar del Monte de El Pardo, los novios se dirigieron hacia las escalinatas que acceden al Salón de Audiencias, donde el Rey desarrolla su actividad cotidiana.

AUN NO HAY FECHA NI LUGAR

La pareja posó primero en solitario en una de las escainatas del palacio, adornada para la ocasión con decenas de ramos y centros de flores, y contestó a algunas de las preguntas que les formularon los periodistas, sin desvelar ni la fecha exacta de la boda ni el lugar concreto de Barcelona donde se celebrará el enlace el próximo otoño.

Los primeros en unirse a la pareja en la sesión fotográfica fueron los reyes de España. Don Juan Carlos afirmó a preguntas de los periodistas que el enlace de su hija con Iñaki Urdangarín le parece "muy bien, porque a ell le parece muy bien también". Por su parte, doña Sofía ratificó este sentimiento con un escueto "estamos encantados".

Posteriormente, los fotógrafos pudieron retratar a los novios con la Familia Real al completo, ya que se unieron el príncipe Felipe y los duques de Lugo. A continuación aparecieron en las escalinatas los padres de Urdangarín, primero, y sus seis hermanos y hermanas, después. La foto de familia se completó con la presencia de la madre del Rey, la condesa de Barcelona, y otros miembros d la Familia Real. Tras la sesión fotográfica, el monarca ofreció una cena en el Palacio de la Zarzuela a todos los invitados.

EL PRINCIPE NO SE DA POR ALUDIDO

En sus respuestas a las preguntas de los periodistas durante la sesión fotográfica, Iñaki Urdangarín dijo que lo que más le atrajo de la infanta en un primer momento fue "la importancia de su persona y su amplia calidad humana", mientras que la novia destacó la forma de ser de su prometido.

Asimismo, la infanta Cristina reconoció que Barclona fue el lugar donde se conocieron "de verdad", y Urdangarín dijo que espera seguir viviendo en la Ciudad Condal mientras su profesión deportiva se lo permita.

Sin embargo, la hija menor de los reyes no quiso concretar cuándo conoció al jugador de balonmano del FC Barcelona y de la selección española, y ante la insistencia de los periodistas aseguró que todavía no se ha fijado ni fecha ni lugar concretos para la boda.

Una de las anécdotas del día la protagonizó el príncipe Felipe, que al ser peguntado si no se sentía aludido con el acto de petición de mano, al ser el único hijo de los reyes que no está comprometido, respondió: "No oigo nada. Estoy un poco sordo hoy", lo que provocó las risas de todos los presentes, incluidos sus padres.

Los padres del balonmanista vasco tampoco se prodigaron en palabras, ya que su progenitor se limitó a afirmar cuando le preguntaron qué opina de su hijo que es "maravilloso".

La comparecencia de los novios y sus respectivas familias ante los medios de omunicación, que se inició puntualmente a las siete de la tarde, concluyó a las siete y veinte minutos, cuando todos entraron en el palacio.