LA SENTENCIA CONTRA JOSE MARCO NO RESUELVE EL MISTERIO DEL PARADERO DEL SILLON

ZARAGOZA
SERVIMEDIA

La sentencia del "caso del sillón" no ha resueto el misterio del paradero del mueble, que podría haberse convertido hace tiempo en un montón de serrín.

El ex presidente del Gobierno de Aragón y actual secretario regional del PSOE, José Marco Berges, se sentó el pasado 14 de junio en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza para responder a las acusaciones de falsedad en documento y malversación de caudales públicos que contra él se formulaban por el denominado "caso del sillón".

Según el ministerio fiscal, cuya tess quedó hoy respaldada por una sentencia condenatoria de trece meses de prisión, así como inhabilitación para el ejercicio de cargo público por seis años, Marco se llevó a su domicilio un sillón, valorado en 77.997 pesetas, que había sido adquirido a la empresa zaragozana Buró Oficinas con fondos pertenecientes a la Diputación Provincial de Zaragoza.

Los hechos se remontan al año 1990, cuando José Marco se hallaba al frente de la Diputación Provincial de Zaragoza. Según establece la sentencia, el pagodel sillón se satisfizo contra la entrega de una factura en la que figuraba el epígrafe "reparación de unas sillas del palacio de Sástago".

El abogado defensor del líder socialista manifestó en su día que su representado era víctima de "una querella motivada por una venganza", en referencia a la actuación del gerente de Buró Oficinas, Adolfo Blanco, que fue quien interpuso la denuncia que originó el proceso, y que también ha sido condenado por falsedad en documento mercantil.

Según el letrado, Blnco actuó "al no serle adjudicado un concurso de amueblamiento, cuando anteriormente había sido el adjudicatario en exclusiva de muchas de las obras oficiales". A este respecto, Blanco ya reconoció que, cuando en el año 1993 no le fue adjudicado el contrato para amueblar una dependencia de la Diputación General de Aragón (Ventanilla Unica), sintió "una gran impotencia", al creer que se le hacía "una injusticia".

Meses después, el gerente de Buró Oficinas interpuso la querella que iba a desatar una autntica tormenta política a la que, posteriormente, vendrían a añadirse nuevas acusaciones contra Marco, pendientes todavía de sus respectivos procesos.

Según el tesimonio de Adolfo Blanco durante el juicio, el encargo del sillón fue hecho por el responsable del departamento de Cultura de la Diputación Provincial de Zaragoza y por el arquitecto de la misma institución, José María Valero, también condenado hoy, quienes le aconsejaron, con conocimiento de Marco, la forma de cumplimentar la factura.

Pr su parte, en su declaración ante el tribunal, Marco negó rotundamente los hechos que se le imputaban. El ex presidente socialista aseguró incluso que se quedó "maravillado" cuando conoció "a través de los medios de comunicación" que se había apropiado del sillón en discordia.

Marco, que hizo gala de una gran serenidad y cierta ironía, llegó a afirmar que, ni él, ni nadie de su familia recibió en su domicilio el mencionado sillón, si bien los empleados de Buró Oficinas encargados del transporte del meble no mostraron duda alguna al declarar que éste había sido entregado en la dirección del ex presidente.

Aunque la sentencia de la Sala Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza considera probado el destino fraudulento del ya famoso sillón, el texto judicial no resuelve, sin embargo, el principal misterio del caso. Así, nadie ha sido capaz, hasta la fecha, de establecer el verdadero paradero del mueble y no falta quien opina que el "cuerpo del delito" se convirtió hace ya días en un montón de srrín.

(SERVIMEDIA)
22 Jun 1995
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