"Mi dimisión tiene vocación de permanencia. Si algún día vuelvo será por indicación del presidente, pero nunca al margen suyo", señala en una entrevista publicada hoy en "El Mundo" y recogida por Servimedia.

Bono niega estar en desacuerdo con el Gobierno de Zapatero y afirma que "estoy en el socialismo y me moriré con las botas puestas y el carné del PSOE en el bolsillo. Me gusta vivir en la lealtad a mi partido y a mi presidente. Zapatero es mi amigo y lo está haciendo muy bien".

En este sentido, se muestra convencido de que el PSOE volverá a ganar las elecciones y señala que "Rajoy parece estar a disgusto en la política. Parece que no le gusta, que es más feliz fumándose un puro y pensando en su regreso al Registro de la Propiedad que trabajando por ganar a Zapatero".

Respecto a la posibilidad de que sea el candidato socialista a la Alcaldía de Madrid en los comicios municipales del próximo año, Bono subraya que "ni soy de Madrid ni vivo en Madrid, luego no puedo ser candidato".

Sobre la actual política antiterrorista, Bono indica que "acabar con ETA vale más que el PSOE y el PP juntos, y tengo la imrpesión de que ahora el PP no está siendo leal con el Gobierno en este asunto".

"Me parece muy triste que el PP cifre sus esperanzas electorales en convencernos de que el 11-M es obra de un primo hermano de ETA. Si la generosidad o la inteligencia se impusieran, quedaría meridianamente claro que ganarle a ETA es más importante que ganar las elecciones. Y eso hasta podría serle útil al PP", apostilla.

En cuanto al envío de tropas españoles al Líbano, Bono afirma que "comparar el Líbano con Iraq es como comparar un huevo con una sardina. Al Líbano vamos a ir con el Parlamento, con la ONU, con la cabeza bien alta, con dignidad. Y a Iraq fuimos contra la opinión de los españoles, con los pies de Aznar encima de la mesa de Bush y con un papa, Juan Pablo II, que calificó la guerra no sólo de ilegal, sino de inmoral".

"MANOS LIMPIAS Y BOLSILLOS DE CRISTAL"

Por otro lado, Bono explica que, tras su abandono voluntario de la política, "no tengo el síntoma del ex ministro triste y errante: mi teléfono sigue funcionando, mis neuronas no se han parado. Después del Gobierno hay vida inteligente, incluso más inteligente que en la actividad política. La vida es más importante que la política. Ya no tengo que poner cara de listo, y quizá por eso, sin cirugía, hasta me han desaparecido las bolsas de los ojos".

A este respecto, añade que tiene "manos limpias y bolsillos de cristal. Estoy en paz con todo el mundo y no debo nada a nadie. Normalmente, los que hablan calumniosamente no lo hacen por lo que saben de mí, sino por lo que yo sé de ellos".

Sobre las calumnias e implicaciones que le han ligado, incluso, al denominado "caso Seseña", recuerda que "hasta ha habido un descerebrado que ha dicho que soy masón. Me han divorciado de mi mujer, me han metido en un manicomio por depresión, han dicho que mi hija Sofía era nieta mía y no hija, me han atribuido propiedades inmobiliarias por media España... También dicen que adjudiqué una gasolinera a mi hermano, y soy hijo único".