Empresas

Sillas hidráulicas para entrar y salir del agua con seguridad y autonomía

MADRID
SERVIMEDIA

Para muchas personas mayores, eso que parece tan simple puede convertirse en todo un reto. Es por este motivo, que son cada vez más las piscinas públicas y residencias que están incorporando una solución tan práctica como inclusiva.

Se trata de las sillas hidráulicas para piscinas. Estos dispositivos, también llamados ascensores acuáticos o elevadores de piscina, están ideados para que cualquiera pueda entrar y salir del agua con total seguridad y sin depender de nadie. Funcionan de forma sencilla, disponen de una silla (o una pequeña plataforma) que sube y baja de manera suave gracias a un sistema hidráulico o eléctrico. Solo hay que sentarse, apretar un botón y el ascensor te llevará al nivel del agua para que te sumerjas tranquilamente, y cuando quieras salir, lo mismo, pero al revés. Muchos modelos incluso vienen con mando a distancia, posibilitando que la persona lo controle por sí misma, sin necesidad de ayuda externa. Un detalle que, aunque a simple vista puede parecer pequeño, realmente marca una gran diferencia en el día a día.

No hay duda de que la autonomía es algo que valoramos toda la vida, y en la vejez cobra aún más importancia. Hacer las cosas uno mismo, sin tener que pedir ayuda constantemente, no es únicamente una cuestión práctica, también afecta al estado de ánimo, la autoestima y la calidad de vida. Por ello, las sillas hidráulicas devuelven libertad y confianza. Y en muchos casos, incluso consiguen animar a volver a nadar o participar en actividades acuáticas que ya se habían dejado de lado.

Hacen que el acceso al agua sea más fácil para personas mayores, personas con movilidad reducida o incluso niños. También mejoran la seguridad al reducir el riesgo de accidentes al entrar o salir del agua. Y aportan una comodidad porque permiten moverse sin esfuerzo, sin sobresaltos y sin necesidad de que alguien más esté pendiente todo el tiempo.

Facilitan la inclusión porque el ocio, la salud y el disfrute no deberían estar limitados por la edad o las capacidades físicas. Además, el contacto con el agua tiene grandes beneficios aparte de lo meramente físico. Nadar o simplemente flotar en el agua ayuda a aliviar dolores musculares y articulares, mejora la circulación, favorece el ejercicio suave y reduce el estrés. También es una manera de socializar y mantenerse activo. En muchas residencias, las actividades acuáticas son parte clave del bienestar de los residentes, por lo que contar con un ascensor acuático hace que nadie se quede fuera.

Para elegir uno lo primero es pensar en quién lo va a usar. No es igual si va a ser destinado a una persona mayor que si es para un niño o alguien con una discapacidad específica. También hay que fijarse en cuánto peso soporta, si es compatible con el tipo de piscina que tienes (enterrada o elevada) y si sus controles son fáciles de usar.

En cuanto a la ubicación. Lo más acertado es colocarlo cerca del acceso principal de la piscina, donde sea fácil maniobrar y donde esté algo protegido del viento o la lluvia para que dure más tiempo en buen estado.

Igualmente, es importante mencionar que pueden hallarse distintos tipos de ascensores acuáticos, y elegir el adecuado depende de varios factores. Por ejemplo, están las grúas de piscina, que suelen montarse en el borde y permiten girar para facilitar el acceso. Son perfectas para instalaciones grandes, como gimnasios o piscinas públicas. Luego están los modelos más compactos, ideales para uso residencial, que ocupan poco espacio, pero ofrecen la misma funcionalidad. Asimismo, existen grúas diseñadas específicamente para personas con discapacidad, que incluyen asientos ergonómicos y mecanismos de seguridad reforzados.

Estos dispositivos también alivian la carga de cuidadores, familiares y personal de apoyo, que muchas veces se ven obligados a asistir en cada movimiento.

(SERVIMEDIA)
14 Mayo 2025
s/s

Palabras clave