Los sindicatos cerrarán su propuesta en un encuentro que mantendrán mañana antes de reunirse con los repreentantes de la Administración. CCOO baraja un aumento de entre el 8,2 y el 8,7 por ciento, mientras UGT considera que debe ser "bastante superior" al del resto de salarios.

Las centrales sindicales propondrán también que se instaure la cláusula de revisión salarial para el SMI, petición que vienen realizando todos los años y a la que reiteradamente se ha opuesto la Administración.

Con una subida del 8 por ciento, el SMI pasaría de 56.280 a 60.782 pesetas al mes para los mayores de 18 años y de 37170 a 40.144 para los menores de esa edad. En 1992, el salario mínimo subió un 5,7 por ciento.

La importancia del SMI radica no sólo en sus perceptores directos, que son unas 400.000 personas (en su mayoría empleadas de hogar), sino en que sirve para calcular las prestaciones no contributivas del desempleo y los niveles de renta que tendrán acceso a las ayudas para la compra de viviendas.

El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social también iniciará mañana la ronda de consultas para fijar la subid del SMI con la CEOE.

Fuentes de la patronal consultadas por Servimedia señalaron que el Gobierno debe de tener en cuenta el clima económico empresarial actual a la hora de fijar la subida del SMI, especialmente lo relativo a competitividad, la situación económica de las empresas y el problema del paro.

Según el Estatuto de los Trabajadores, el Gobierno está obligado a consultar, pero no negociar, la subida del salario mínimo con los interlocutores sociales. Su incremento debe condicionarse, segú el Estatuto, a la marcha de la inflación, la productividad, la coyuntura económica y el incremento de la participación del trabajo en la renta nacional.