"El que más y el que menos ya está aburrido de esa cínica insistencia de los representates del Partido Popular en presumir de su pretendido pedigrí de centrista de raza", indica el artículo. "Sólo aquel que crea en esa máxima de la propaganda goebelsiana de que una mentira repetida mil veces terminará siendo aceptada como verdad, puede pensar que el personal acabará asimilando como cierto el centrismo del PP".

"Una cosa es su propaganda y otra, muy distinta e inapelable, la prueba de su ADN político: son genéticamente autoritarios", concluye el artículo editorial.