El"fantasma" de un nuevo aplazamiento estuvo presente en la sala, ya que uno de los encausados, el francés Jean Marie Calliol, no pudo ser juzgado, "porque su estado físico podía empeorar si permanecía en la sala", según el informe emitido por un médico forense.

Calliol, inició hace aproximadamente un mes una huelga de hambre como medida de protesta por la lentitud del proceso, que le ha hecho perder 31 kilogramos.

Francisco Javier Arroyo Fiesta, presidente de la sección cuarta de la Audiencia Provncial de Málaga, decidió aplazar la vista de Calliol, hasta que su estado de salud permita su enjuiciamiento.

Por su parte, el único español procesado, el asturiano Angel García Menéndez, tuvo que abandonar la sala tras recusar al tribunal y al abogado defensor, el letrado de oficio García Márquez.

Previamente, García Márquez había solicitado a la presidencia la apertura de diligencias contra su persona, al considerar que el aplazamiento previo de la causa respondió a la celeridad de su nombramieto como defensor de oficio, tras la renuncia del letrado almeriense Darío Fernández.

García Márquez señaló que, de continuar al frente de la defensa, estaría cometiendo un delito de prevaricación, por ser supuestamente el causante de que el tiempo transcurrido desde el inicio del juicio no haya sido computado a efectos de libertad provisional.

"No tengo moral suficiente para seguir defendiendo a mi cliente, ya que mi defendido fue penalizado en su día por este tribunal y de proseguir podría ir ensu contra", afirmó el letrado.

Por su parte, el abogado Rodríguez Menéndez, defensor del también acusado Constans Gerogoux, recriminó la actitud de la presidencia de la sala, al proseguir el interrogatorio del único español acusado sin que éste contara con un abogado, lo que a su juicio, contradecía las leyes constitucionales y procesales españolas.

"Esto es un espectáculo bochornoso ante la opinión pública y para la poca credibilidad que tiene la justicia", afirmó Rodríguez Menéndez, que en un mmento tenso de la vista preguntó al presidente de la sala si el agua servida "estaba envenenada".

Rodríguez Menéndez solicitó la suspensión de la vista, ante la imposibilidad de enjuiciar a cuatro de los encausados sin la presencia de Calliol y de García Menéndez, ya que la trama del secuestro implicaba relaciones entre los seis procesados.

DESVANECIMIENTO

Por su parte, Constans Georgoux (que fue el primero de los acusados interrogados, recusó al tribunal y no quiso contestar a ninguna de las peguntas formuladas) provocó la suspensión de la sesión vespertina cuando, pasadas las 17,30 horas, sufrió un desvanecimiento.

En el momento en el que el cerebro de la operación, Jean Louis Camerini, era interrogado por el fiscal, Georgoux, que estaba esposado, cayó al suelo sin conocimiento por lo que el presidente de la sala, Francisco Javier Arroyo ordenó el desalojo y requiró la presencia de un médico.

Según el parte facultativo, el forense no encontró patología alguna que justificase el desvaecimiento del procesado aunque el abogado de Georgoux explicó que el desmayo se produjo como consecuencia de una subida de tensión.

"Pensar que el desmayo ha sido una maniobra para suspender el juicio es una solemne tontería", declaró Rodríguez Menéndez, quien afirmó que a mediodía visitó a su cliente en los calabozos y le dijo que se encontraba mal.

El secretario anunció poco después la suspensión de la vista que se reanudará mañana, a partir de las 10,30 horas, en la sección cuarta de la Audienia de Málaga.

El juicio se desarrollará a lo largo de un mes y se espera con especial atención la declaración, el jueves, de Raimond Nacachian, su esposa Kimera y el hijo de ambos.

Melodie Nacachian no está citada como testigo, ya que según los psicólogos, "el proceso no sería beneficioso para la pequeña", que ahora cuenta con 9 años de edad.