Según la iniciativa, el Congreso manifestaría "su firme compromiso y solidaridad con la memoria de las víctimas y sus familiares del ataque terrorista del 11-M", enaltecería a los cuerpos sanitarios, policiales y judiciales y la "respuesta colectiva de nuestra nación ante la tragedia", y rechazaría "de manera contundente cualquier tipo de teoría de la conspiración relacionada con los autores materiales e intelectuales del atentado", mientras se solidarizaría con "los policías, jueces y periodistas que, durante años, han sido objeto de acoso y deslegitimación profesional".

La exposición de motivos denuncia que el expresidente del Gobierno José María Aznar "se aferró a la autoría de ETA" y que "los días que siguieron entre el 11 y el 14 de marzo de 2024, así como los dos años posteriores, marcados por desinformación y mentiras, hasta la celebración del juicio, son cruciales para el análisis de la historia democrática de nuestro país".

El portavoz del grupo de Sumar, Íñigo Errejón, profundizó en esta apreciación en una rueda de prensa en el Congreso en la que enjuició que el 11-M se inauguró "una forma de hacer política que se instaló desde entonces", porque "desde la teoría de la conspiración se produjo una cierta mutación en la cultura política de la derecha", según la cual cuando los resultados electorales no le favorecen, el Gobierno es ilegítimo.

"Eso nació el 11 marzo: de aquellos polvos, estos lodos", interpretó, situando por tanto en el 11-M la fecha de nacimiento de "una forma de hacer política que no se puede volver a repetir", por la que Aznar ha sido "incapaz de pedirle una disculpa a todos los españoles", en una actitud respecto a la que, dijo, le "preocupa el silencio del señor Feijóo".