El Supremo ha rechazado el recurso que interpuso el Ejecutivo gallego contra la sentencia de la Audiencia de Pontevedra, que le condenó al pago de 20 millones de las antiguas pesetas por las secuelas y daños físicos y morles que se causaron a la menor, así como 4,8 millones de pesetas a los padres por daños morales y los días de incapacidad de la niña.

El accidente ocurrió el 4 de diciembre de 1989, cuando la menor M.C.N.F. fue atropellada por un autobús en las inmediaciones de su colegio, a la salida de clase pero todavía dentro del horario escolar, mientras estaba bajo vigilancia de una profesora.

Como consecuencia del atropello, la pequeña sufrió lesiones de las que tardó más de un año en curar y le quedó una mportante deformidad de la pierna izquierda. Además, el largo proceso de curación le causó trastornos psicológicos.