Cultura

El Teatro Español acoge desde hoy una adaptación “fiel y leal” de ‘La lucha por la vida’, de Pío Baroja

Madrid
SERVIMEDIA

La Sala Principal del Teatro Español acoge entre este jueves y el 14 de abril ‘La lucha por la vida’, de Pío Baroja (1872-1956), con texto del dramaturgo José Ramón Fernández, quien considera que su adaptación de esta obra barojiana es “fiel al autor y leal” con el texto.

‘La lucha por la vida’, es una coproducción del Teatro Arriaga de Bilbao y del Teatro Español, que cuenta en el reparto con Ramón Barea, a la sazón también director del montaje, Aitor Fernandino, Olatz Ganboa, Ione Irazabal, Itziar Lazkano, Sandra Ortueta, Alfonso Torregrosa, Leire Ormazabal, Diego Pérez y Arnatz Puertas, según informó el Teatro Español.

El texto original forma parte de una trilogía de Pío Baroja, que comenzó en 1903 como novela por entregas en el diario ‘El globo’, donde se publicaron 59 capítulos; posteriormente, entre 1904 y 1905, el autor reescribió lo publicado y editó el conjunto en tres novelas: ‘La busca’, ‘Mala hierba’ y ‘Aurora roja’.

El hilo conductor de ‘La lucha por la vida’ es el personaje de Manuel Alcázar, un chaval de un pueblo de Soria que se desplaza a Madrid, donde sirve su madre. Será en el Madrid de finales del siglo XIX, en un entorno marcado por la pobreza, principalmente en la periferia, donde tendrá que buscar referencias morales para salir adelante.

José Ramón Fernández concibió este montaje partiendo de dos premisas: “que, pese a la reducción inevitable, se sienta que está todo” y que “sea la obra, no su visión”, por lo que “el fin de esta versión es llevar esta trilogía al escenario. Es, por tanto, una adaptación fiel al autor y leal con la obra”.

El elenco, compuesto por diez actores, interpretarán a alrededor de un centenar de personajes, siendo la “capacidad de transformarse rápidamente, de transitar de un personaje a otro y de cambiar de escena” lo que proporcionan a la obra “un dinamismo muy interesante”.

El ritmo del montaje es “trepidante”, según sus autores, lo que provoca que la acción teatral tenga lugar a un “ritmo casi cinematográfico”, ya que hay cerca de 60 escenas, muchas de las cuales “duran muy poco tiempo”.

La obra se centra en “el poder de la palabra como estimulante de la imaginación”, fungiendo los actores como “coro, paisaje, pálpito narrativo y escénico”, siendo su “palabra activa la imaginación” en esta historia que tiene lugar en “un contexto duro y difícil, pero con un tono que curiosamente es de comedia”.

Ramón Barea ha optado por una puesta en escena que “va a lo esencial, a lo teatral y al espíritu de la historia barojiana”. En la línea del escenario diseñado por José Ibarrola, se decanta por “menos es más” y por una escenografía que está al servicio de los actores. Por su parte, el vestuario muestra a un elenco “en camiseta”, gracias al diseño de Betitxe Saitua, que “evoca, en cierto modo, a los atuendos de principios del siglo XX”. El espectáculo contiene audiovisuales de Ibon Aguirre, música compuesta por Adrián García de los Ojos e iluminación de David Alcorta.

(SERVIMEDIA)
21 Mar 2024
MST/gja/clc