Tamayo declaró a Servimedia que "me parece bien que a los pecados capitales, que están muy bien definidos y bloqueados, se planteen nuevos ante los cambios en la sociedad".

Sobre los pecados de manipulación genética y el experimento con embriones, el teólogo aclaro que "hay que buscar el equilibrio entre el desarrollo científico y la valoración ética". "No hay que poner límites a los avances científicos que pueden contribuir a la mejora de existencia de los seres humanos", apostilló.

Tamayo concluyó que los nuevos pecados definidos por Benedicto XVI "apuntan a una mejora de las condiciones de vida y revelan una sensibilidad y una apertura a los cambios" por parte de la Santa Sede.