En una entrevista en Servimedia, Sidi reconoció que cómo afrontar el uso de las prendas islámica femeninas “es un debate feminista que tenemos las mujeres, sobre todo de orígenes árabes - musulmanes".

“Yo aquí tengo dos posturas”, describió. “Una postura hacia las compañeras que llevan hiyab. Y por supuesto no tenemos que decirle a ninguna mujer, porque al final el debate cae en que hay que decirle a una mujer lo que tiene que ponerse”. Así, percibe que, en todas partes, “siempre son actores externos diciéndole a una mujer lo que se tiene que poner”.

Pero, por otro lado, constató: “Tenemos que tener empatía, hay otros países donde se les está obligando a las mujeres a llevarlo. Entonces, eso tampoco lo podemos blanquear justificando que nosotros lo queremos llevar”.

“Ése es el debate”, reconoció, asegurando que ella no lleva el hiyab pero que, de cara a la generación que representa su madre, ha “conseguido, gracias al debate, a la explicación, a la empatía, sobre todo a la reflexión interna y generacional” entre las dos, entablar “un debate fraternal, un debate que no externalice ni exporte el feminismo de aquí intentando pensar que es mejor para allá ni viceversa”, para evitar “un refugio de ambas sociedades en lo que cada uno cree que es mejor”.

“Un debate interno entre mujeres que, desde luego, no pase por decirle qué es lo que tiene que llevar”, describió. En suma, ”desde la empatía generacional, sin intentar imponer lo que pensamos que por ahí para mí tiene que ir’”.