Salud
Los trastornos asociados a la obesidad están "infradiagnosticados" en mujeres
- Cardiólogas y endocrinas denuncian que las mujeres tienen el triple de riesgo de ser estigmatizadas por su peso
- El distrés asociado a la obesidad es mayor en ellas y puede producir episodios ansioso depresivos
VÍDEO: los clientes de Servimedia disponen de imágenes y sonido de estas declaraciones en el enlace https://servimedia.tv/TotalesObesidadSesgosMedidas

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Endocrinólogas, cardiólogas, nutricionistas y pacientes coinciden en aplicar la perspectiva de género al tratamiento de la obesidad porque muchas comorbilidades asociadas a esta patología “están infradiagnosticadas” en el caso de las mujeres y varios “factores desencadenantes” de ella, físicos y sociales, “varían mucho” en función del sexo.
Así lo afirmaron durante una jornada sobre ‘Salud, Género y Obesidad’ organizada por el Observatorio de Salud junto a Estudio de Comunicación en la agencia de noticias Servimedia, con el apoyo del laboratorio Lilly.
Además de representantes de la Administración y portavoces de partidos políticos, participaron en ella la jefa de Departamento de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Clotilde Vázquez; Bogdana Luiza Luca, especialista de este mismo departamento; la presidenta de la Sociedad Castellana de Cardiología, Petra Sanz; la presidenta de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo), Mar Malagón; y Arantxa Sáez, en representación de la Alianza Obesidad.
Según Vázquez, la obesidad en la mujer se presenta en “momentos vitales diferentes” y con “manifestaciones distintas”. “Cuando comparamos grandes cortes de datos, vemos que (estos) apenas se solapan”, declaró, “ni en cuanto a desencadenantes, ni a comorbilidades ni en tiempos de aparición”.
En la obesidad de la mujer “influyen mucho los cambios hormonales, que suceden todos los meses”, explicó, aunque en especial son “los períodos de la adolescencia, el embarazo y lactancia y la menopausia cuando con más frecuencia aparece el sobrepeso en ellas". Hay que considerar, además, las diferencias en cuanto a las comorbilidades asociadas, prosiguió, que “son distintas y de distinta intensidad”.

"El distrés asociado a la obesidad es mayor en el caso de las mujeres y puede llegar a producir auténticos episodios ansioso depresivos”, indicó. Así, lamentó, que algunas “comorbilidades específicas de la mujer, como artritis y artrosis, no son bien diagnosticadas”.
Tampoco lo son las comorbilidades clásicas (apneas, episodios isquémicos, insomnio, etc.), pues “debutan de modo distinto en las mujeres” y “se infradiagnostican en consulta”. En su opinión, “tenemos que ponernos las pilas para darles respuesta desde el minuto 1 y aplicar protocolos diferenciales”.
FACTORES IGNORADOS
La presidenta de Seedo incidió en esta idea al señalar que ciertos parámetros de uso común en medicina no tienen en cuenta las diferencias entre hombres y mujeres.
No se tienen en cuenta, por ejemplo, a la hora de calcular el Índice de Masa corporal. “Tampoco se considera si la mujer está embarazada o si ha pasado la menopausia”, prosiguió, cuando tales circunstancias provocan cambios determinantes en la acumulación y distribución corporal de grasa.
Otro factor que no se suele estudiar es la relación entre obesidad e infertilidad, pese a que esta última se puede hasta triplicar en casos de sobrepeso. Malagón advirtió también de que el riesgo de problemas cardíacos aumenta mucho en mujeres después de la menopausia (antes es mucho menor).

Según Petra Sanz, la hipertensión -patología asociada a la obesidad- “está muy infradiagnosticada en mujeres con menopausia”. "Cuando nos llegan a la consulta (de cardiología), ellas suelen presentar más comorbilidades y más episodios previos”, lamentó. Esto sugiere, a su juicio, que en Atención Primaria no se les derivó con diligencia.
SESGOS
“Si hablamos de enfermedad cardíaca, las diferencias entre hombres y mujeres son enormes”, subrayó Sanz, “tanto en su diagnóstico como en su tratamiento”. Agregó que ellas “han estado infrarrepresentadas en muchos ensayos clínicos”, con lo que no podemos sacar las mismas conclusiones respecto a la efectividad de medicamentos.
En su opinión, “debemos dar más formación e información a los médicos de Atención Primaria, para que identifiquen sus propios sesgos y mejoren en este punto.

Según la presidenta de Alianza Obesidad (compuesta por pacientes y sociedades científicas para que la obesidad se entienda como enfermedad crónica), cuando una mujer obesa entra en consulta “lo primero que ven es tu forma corporal, tu talla”. “Ya les puedes decir que te duele una cadera, que lo primero que te dicen es que tienes que perder 30 kilos”.
A su juicio, ello explica parte de los malos diagnósticos. A esto se suma que “la mujer sale de consulta con más estrés y angustiada”, recalcó Vázquez, lo que puede hacerle engordar más y, sobre todo, va en contra de la relación médico paciente.
En general, “todos juzgamos en función del aspecto”, admitió, y “las mujeres resultan especialmente juzgadas”. “Son pensamientos que casi todos tenemos”, reconoció, y “debemos ser conscientes de ello para evitarlos en consulta”.
Según la especialista del departamento de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, Bogdana Luiza Luca, “las mujeres con sobrepeso, y en especial las jóvenes, sufren mucho estigma” por esta causa.
Las expertas destacaron que se calcula que una mujer tiene el triple de riesgo de ser estigmatizada por su peso; y, según alertó Luca, cuando una adolescente ha sufrido estigma, sus posibilidades de padecer obesidad de adulta son más del doble.
MULTIFACTORIAL
Junto a los cambios hormonales, el estrés y los factores emocionales son las principales causas del sobrepeso en la mujer, alertó la experta, que pidió también considerar “determinantes sociales”, como la mayor carga de trabajo no remunerado, y condicionantes culturales, como la poca predisposición a realizar ejercicio físico o a dedicarse tiempo personal.
“Sabemos además que la clase social influye, prosiguió, ya que “la obesidad es mucho más prevalente entre mujeres de clase baja”. A su juicio, hay que empezar por reconocer que la obesidad es una enfermedad crónica, multifactorial y recurrente, como la diabetes". "Esto es, que no basta con hacer dieta una vez en la vida, adelgazar y olvidarse”, declaró.
“Una vez que logremos eso, espero que empecemos a ver más recursos disponibles”, en forma de más profesionales y equipos multidisciplinares, reclamó.

Además, Clotilde Vázquez solicitó ”impulsar la incorporación de especialistas en ejercicio físico” a los equipos y facilitar el acceso a aquellos medicamentos que se han demostrado muy útiles”.
Por su parte, Arantxa Sáez, en representación de la Alianza Obesidad, planteó la misma reclamación porque “no puede ser que estés condenado a ser obeso por no tener dinero para acceder a un medicamento”.
Esta paciente también demandó “aceptar que la obesidad es una enfermedad compleja” y que, por tanto, “debe abordarse de forma integral”, y reclamó “campañas públicas que hablen de la patología sin hacer mención a la imagen corporal o a la estética, para concienciar sin fomentar el estigma”.
Por su parte, Malagón llamó a “pensar a medio y largo plazo” e incidir en la prevención, pues para 2035, se prevé que hasta el 77% de la población tenga exceso de peso. Ahora mismo el porcentaje es del 52% (15,1% obesidad y 39,8% sobrepeso).
Finalmente, Petra Sanz invitó a administraciones y políticos a reflexionar sobre “cuánto se ahorraría nuestro sistema sanitario” si la obesidad y el sobrepeso se abordasen mejor y se redujesen.

(SERVIMEDIA)
14 Sep 2025
AGQ/mjg/mag/pai