Según consta en la declaración que Khalid Zeimi realizó ante la policía en abril del pasado año, en la que éste se reconoció amigo de "El Tunecino" y sostuvo que empezó a "tener 'pensamiento de yihad'" tras conocer a Amer Azizi, considerado el líder de Al Qaeda cuyas huellas se encontraron en la casa de Morata de Tajuña (Madrid) donde se preparó el 11-M.

Khalid Zeimi sostuvo que "El Tunecino" le llegó a sugerir "si quería trabajar en la religión de Allah", y que no quiso darle más explicaciones tras preguntarle en tres ocasiones a qué se refería.

Este silencio llevó al interrogado a decir a la Policía que pensó que su interlocutor se refería "a hacer la 'yihad' en Iraq, ya que Serhane (Ben Abdelmajid) era muy recurrente en este tema".

En otra parte de su declaración ante las Fuerzas de Seguridad, Keimi fue interrogado sobre si "El Tunecino" le parecía que disponía de capacidad para organizar los atentados del 11-M, a lo que respondió que no creía que tuviera "esa capacidad para liderar un grupo para cometer estos atentados".

Añadió que, "aunque pudiera ser un miembro" de la trama de la masacre de Madrid, debieron ser "otras personas" las que "han podido influirlo".

Tras ser interrogado por el juez del Olmo en abril del pasado año, Zeimi fue puesto en libertad, para volver a ser detenido en diciembre por orden del juez Baltasar Garzón por ser miembro de una célula islamista que preparaba nuevos atentados.

Se da la circunstancia de que este acusado fue visto merodeando junto a una central nuclear de Guadalajara meses antes de su arresto, por lo cual fue identificado, aunque quedó en libertad.