Medioambiente

La UE se abre a flexibilizar su posición para acordar un tratado mundial sobre contaminación por plásticos

Bruselas Madrid
SERVIMEDIA Euractiv

La Unión Europea (UE) ha mostrado su disposición a flexibilizar su postura en torno a un futuro Tratado mundial que limite la contaminación por plásticos, a medida que se acerca la ronda final de negociaciones en el marco de Naciones Unidas y ante la amenaza de veto a la iniciativa por parte de los países productores de petróleo.

Según una resolución aprobada en 2022 por la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente en Busán (Corea del Sur), para fines de 2024 se tendría que haber adoptado un acuerdo mundial jurídicamente vinculante para frenar la contaminación por plásticos.

Pero los países petroleros, entre ellos Arabia Saudí, Irán, Kuwait y Rusia rechazaron las disposiciones que apuntaban a limitar la producción de plástico, en una reunión que contó con la presencia de una cifra récord de grupos de presión de la industria química y de combustibles fósiles.

En ese difícil contexto, los delegados no lograron llegar a un acuerdo y la ONU se vio obligada a suspender las conversaciones.

"Está claro que, para llegar a un acuerdo en Ginebra, necesitaremos cierto grado de flexibilidad. Esto es válido para la UE y para otros miembros del Comité Intergubernamental de Negociación", explicó a Euractiv un portavoz de la Comisión Europea, al tiempo que añadió que el Ejecutivo de la UE no ha cedido en su posición inicial, marcada por una elevada ambición climática.

Entre esos objetivos figura "abordar la producción y el consumo insostenibles de plásticos, así como medidas globales dirigidas a la eliminación progresiva de determinados productos plásticos que suponen un mayor riesgo para la salud y el medio ambiente cuando se filtran o liberan".

EL PRINCIPIO DE "QUIEN CONTAMINA, PAGA"

En la cita de Busán, la UE respaldó una propuesta encabezada por Panamá para fijar un tope a la producción mundial de polímeros plásticos primarios, a la cual se opusieron los países productores de petróleo, que también rechazan adoptar medidas para regular las sustancias químicas más peligrosas para el medio ambiente.

Gracias al impulso de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre los Océanos celebrada el pasado mes de junio en la Costa Azul francesa, casi 100 países -incluidos los 27 Estados miembros de la UE- aprobaron la "Declaración de Niza" en la cual instan a alcanzar un acuerdo sobre un objetivo mundial de reducción de la producción de plástico, y subrayan que se debería incorporar el principio de "quien contamina paga".

Sin embargo, dado que la reducción de la producción de plástico es uno de los temas clave del debate, y el más polémico, la UE parece ahora dispuesta a suavizar su postura con tal de alcanzar un acuerdo equilibrado en Ginebra.

FIJAR UN OBJETIVO DE PRODUCCIÓN DE PLÁSTICOS

"La UE apoya la disposición independiente, que incluye un objetivo de producción (de plásticos)", explicó a Euractiv Andrés del Castillo, abogado del Centro de Derecho Ambiental Internacional (CIEL). "Pero en esta fase de las negociaciones no será posible llegar a un acuerdo sobre una cifra", agrega.

No obstante, cualquier rebaja en los objetivos por parte de los negociadores de la UE podría provocar el enfado de algunos Estados miembros, entre ellos Francia, que ha destacado la necesidad de pactar un requisito vinculante para limitar la producción de plásticos primarios.

"Mantenemos nuestra posición, en línea con la Declaración de Niza sobre un tratamiento ambicioso de los plásticos", explicó a Euractiv un diplomático francés, que solicitó el anonimato. "Otros Estados miembros y la Comisión Europea quieren adoptar una postura más conciliadora con los países productores de petróleo'", añadió la fuente, al tiempo que explicó que por el momento los debates se producen a un nivel de rango menor.

Sin embargo, para las ONG y grupos ecologistas que vieron en la ‘Declaración de Niza’ una señal de esperanza en el esfuerzo global para acabar con la contaminación por plásticos y pasar a una economía cada vez más circular, no es buen momento para rebajar las aspiraciones.

"La atención al diseño de los productos es más importante que nunca", aseguró Rob Opsomer, responsable ejecutivo de plásticos de la Fundación Ellen MacArthur. "La inclusión de este aspecto en el (futuro) Tratado es esencial para transformar la forma en que producimos, utilizamos y gestionamos los plásticos a lo largo de todo su ciclo de vida", explicó Opsomer. "Los países lo reconocen con razón como una palanca esencial para acabar con la contaminación por plásticos, ahora toca a los gobiernos cumplirlo", añadió.

(SERVIMEDIA)
28 Jul 2025
MMR