Con este proyecto, la UE pone de manifiesto su apuesta por los beneficios económicos y ambientales de las denominadas "compras verdes". Hasta el momento se han evaluado los impactos medioambientales de dichas compras en cinco países, Dinamarca, Alemania, Hungría, Suecia y Suiza.

Las administracones de estos países han valorado los notables beneficios económicos y ambientales que han obtenido al realizar compras de productos más verdes, como son autobuses, equipos sanitarios, ordenadores, alimentos y electricidad.

El informe ha demostrado que si todas las administraciones públicas comprasen electricidad renovable ahorrarían en las emisiones de gases de "efecto invernadero" 61 millones de toneladas de dióxido de carbono.

El objetivo de la Unión Europea ahora es que los resultados obtenids faciliten la toma de decisiones del resto de administraciones públicas, "ya que éstas tendrán la información suficiente para saber cuál va a ser su repercusión sobre el Medio Ambiente y sobre la calidad de vida de sus ciudadanos".

Este proyecto establece cuáles son las pautas que las administraciones deben seguir para adoptar una postura medioambiental más favorable en la compra de electricidad, construcción, equipos de información tecnológica, alimentos y transporte público.

Para promover esta medidas la UE ha puesto en marcha campañas de difusión y se ha creado una red informativa llevada a cabo por todas las administraciones públicas, tanto a escala nacional como local.