La presidencia española había fijado como prioridad la ampliación y diversificación de las relaciones comerciales de la Unión Europea con el foco especialmente puesto en América Latina y en Chile como socio destacado en la región.

En la ceremonia de firma participaron la vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, Nadia Calviño; el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares; el vicepresidente ejecutivo de la Comisión Europea y comisario de Comercio, Valdis Dombrovskis; el alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell; y el ministro de Relaciones Exteriores de Chile, Alberto van Klaveren Stork.

Calviño señaló en su intervención que “el acuerdo comercial UE-Chile contribuirá a mejorar la autonomía estratégica de la UE, reforzando la seguridad del suministro y las oportunidades de exportación de nuestras empresas”.

Además, el Ministerio de Economía subrayó que se trata de un acuerdo “muy ambicioso y avanzado” que permite reducir las barreras existentes al comercio bilateral de bienes y servicios y un mejor acceso a materias primas y combustibles limpios, cruciales para la transición a la economía verde y digital, como el litio, el cobre y el hidrógeno.

También explicó que mejora asimismo el acceso a los mercados de contratación pública, y se tienen en cuenta específicamente las necesidades de las pequeñas y medianas empresas y la protección de la propiedad intelectual, incluyendo las indicaciones geográficas.

Destacan especialmente las disposiciones del capítulo de comercio y desarrollo sostenible del acuerdo, que contienen un elevado nivel de ambición y que cubren aspectos como los estándares laborales, medio ambiente, cambio climático, pesca, responsabilidad social corporativa, así como un capítulo sobre sistemas alimentarios sostenibles, con el objetivo de hacer que las cadenas de suministro de alimentos sean más sostenibles y resilientes.

Estos compromisos se han visto reforzados a través de una declaración conjunta sobre comercio y desarrollo sostenible que complementa el acuerdo alcanzado.

El acuerdo, además, es uno de los pioneros en la inclusión de disposiciones sobre la igualdad de género, un tema “muy relevante” tanto para la Unión Europea y España, pero también para Chile.

Por otra parte, el Acuerdo Marco Avanzado contiene además cláusulas de naturaleza política y de cooperación, al igual que los compromisos en materia comercial que requieren ratificación por los Estados miembros de la Unión, por ser una competencia compartida con los Estados miembros, como las disposiciones sobre protección de inversiones.

Tras la firma de este miércoles, se pedirá al Parlamento Europeo su aprobación para que el Consejo pueda adoptar las decisiones necesarias para celebrar los acuerdos. Una vez que ambas partes hayan completado sus procedimientos internos, el acuerdo podrá entrar en vigor.