En declaraciones a Servimedia, De la Parra indicó que precisamente el objetivo de la huelga de enero es que el Gobierno reaccione positivamente. "Sería deseable que no hubiera huelga general, pero si el Gobierno es insensible al clima de descontento social, iremos hasta a huelga y trataremos de que el Ejecutivo palpe ese día el descontento social", indicó.

De la Parra cree que las declaraciones de Cuevas responden a que si el Gobierno diera marcha atrás en la reforma "se frustraría lo que para la CEOE es su gran ley". A su juicio, la patronal "no ha tenido antes un proyecto legislativo más favorable a sus intereses, pese a sus críticas a la reforma".

"Son reacciones típicas de la CEOE de disconformidad para que el Gobierno no se arrugue ante las protestas de la alle", indicó el responsable de CCOO, para añadir que "la patronal intenta curarse en salud para evitar que el Gobierno reaccione a la tensión social".

Por su parte, Antón Saracíbar indicó a Servimedia que las declaraciones de Cuevas son "absolutamente negativas" y explicó que "lo que pretendemos con la huelga general es que el Gobierno rectifique las medidas y se siente a negociar con los sindicatos".

El secretario de Organización de UGT insistió en que el Gobierno "tiene que ser sensible a las eivindicaciones del movimiento sindical y a las manifestaciones celebradas y obrar en consecuencia al día siguiente de la huelga general".

El responsable del sindicato ugetista se mostró convencido de que la huelga de enero será un éxito y que los trabajadores saldrán a la calle para evitar que se pongan en práctica las medidas aprobadas por el Gobierno.