De acuerdo con el análisis de las redes sociales realizado por Maldita.es, se ha malinterpretado que Rusia incluyera a Taiwán en la lista de países que ahora considera "hostiles", a pesar de que China considera a esta isla parte de su territorio nacional y no la reconoce como una nación independiente.

En este sentido, hay dos versiones distintas de la lista con las que el Gobierno ruso enumeró a dichos países "hostiles", pero en las dos se hace referencia explícita a la pertenencia de Taiwan a China, pese al revuelo provocado en redes sociales sobre lo que podría haber sido un tremendo error diplomático de Vladimir Putin.

La versión más controvertida del texto es una en lengua rusa, divulgada por la agencia no gubernamental Interfax y que reproduciría una resolución de Mijail Mishustin, primer ministro de Putin.

Bajo el encabezado "Estados y territorios extranjeros que cometen acciones hostiles contra la Federación Rusa (personas jurídicas y personas físicas rusas)", se incluye efectivamente a Taiwán junto a otros países, independientes todos ellos. Pero, en el caso de Taiwán, se pone entre paréntesis "China" como indicando su pertenencia a dicho Estado o al menos poniendo en duda su independencia.

En otra versión, la agencia gubernamental Tass recogió en un teletipo en inglés la lista de países y, al llegar a Taiwán, matizó entre paréntesis "considerado como un territorio de China, pero autogobernado desde 1949". Es decir, que este texto puntualizaba con mayor claridad lo que el otro, supuestamente original, expresó tácitamente con un "Taiwán (China)".

El Gobierno de Taiwán, efectivamente, fue un de los que en los días inmediatamente posteriores a la invasión rusa de Ucrania, el 24 de febrero, aprobó sanciones económicas contra Moscú. Sin embargo, lo grave a nivel diplomático en este caso sería que un documento ruso hubiera otorgado a ese territorio categoría de país en igualdad de condiciones con el resto de Estados que lo hicieron.

Taiwan fue el único territorio que, tras la guerra civil china de 1945-49, quedó bajo el control del Partido Nacionalista o Kuomintang, que en general perdió la contienda con el Partido Comunista de Mao Tse Tung. Mantiene desde entonces su autonomía con el apoyo de Occidente, pero Pekín nunca le ha reconocido su soberanía.