Así lo demandó durante su participación en el quinto Congreso Internacional de Sociodrogalcohol, que se celebra en Granada y en la que analizó la “realidad” de estas personas en el marco de una ponencia en la que se abordaron los “retos” y las “dificultades” en su rehabilitación, según precisó la entidad en un comunicado.

Durante la presentación, se detallaron algunos de los factores que pueden “afectar” a la “probabilidad y rapidez” de desarrollar una adicción, como los antecedentes familiares de consumo, los contextos sociales “desfavorables”, los trastornos de salud mental y “otras vulnerabilidades”.

En paralelo, se analizaron las “barreras” de acceso a los servicios de prevención y atención de la red de adicciones que vienen motivadas por la “invisibilidad” de las personas con discapacidad y adicciones o el estigma y Poyato recordó que en 2021 UNAD atendió a 38.313 personas con adicciones, de las que 2.882 tenían algún tipo de discapacidad.

Junto a ello, hizo hincapié en los trabajos e investigaciones realizadas en este ámbito en el seno de la red, como el convenio de colaboración con Plena inclusión para intervenir de forma “coordinada” y “mejorar” la atención a personas con discapacidad intelectual o del desarrollo, síndrome de Down, parálisis cerebral y autismo que son drogodependientes; o el estudio ‘Personas mayores y adicciones’, un diagnóstico realizado junto a Lares.

En este contexto, se mostró convencido de que, a pesar de los “avances” que se están dando, aún queda “mucho camino por recorrer” en este sentido y abogó por promover la investigación, la formación, la creación de servicios “específicos”, así como la “importancia” de generar “alianzas” con las entidades del Tercer Sector para “abordar y atender” la realidad de estas personas.