Invasión Ucrania

Unicef cifra en 27 los niños que han muerto y en 42 los que han resultado heridos tras la invasión de Ucrania

Madrid
SERVIMEDIA

La directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, expuso este martes que al menos 27 menores han muerto, otros 42 han resultado heridos y un sinnúmero de ellos se encuentran “gravemente traumatizados” en Ucrania tras la invasión rusa del país.

Lo hizo durante su intervención ante el Consejo de Seguridad de la ONU para informar sobre el “rápido empeoramiento” de la situación en Ucrania y el “impacto desmesurado que el conflicto está teniendo en los niños” ucranianos.

Catherine Russell comentó que los últimos ocho años de conflicto “ya han infligido un daño profundo y duradero a los niños”, a pesar de lo cual la invasión rusa “ha aumentado la amenaza inmediata y real para los 7,5 millones” de menores ucranianos, como lo atestigua los ataques a hogares, escuelas, orfanatos y hospitales y la falta de acceso a agua potable.

Expuso que “para muchos la vida se ha trasladado bajo tierra”, a refugios, búnkeres y sótanos donde buscan protección, y deploró que las mujeres estén viéndose abocadas a parir en “salas de maternidad improvisadas con suministros médicos limitados”.

Añadió que la mayoría de las tiendas están cerradas, lo que dificulta que las personas compren artículos esenciales, a lo que se añade el miedo de la población a salir a comprar en aquellos establecimientos que todavía mantienen sus puertas abiertas.

Tras esta composición de lugar, Catherine Russell se apoyó en datos del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos para atestiguar que al menos 27 menores han muerto, otros 42 han resultado heridos y un sinnúmero de ellos se encuentran “gravemente traumatizados” en Ucrania tras la invasión rusa del país.

Señaló que a medida que los combates se acercan a zonas densamente pobladas, “esperamos que aumenten las víctimas infantiles” y que “la crisis de desplazados continúe creciendo rápidamente”.

En ese sentido, recordó que ayer Acnur confirmó que de los 1,7 millones de refugiados ucranianos, la mitad son niños, para cuya atención y protección Unicef está poniendo todos los medios a su alcance.

Katherine Russell rememoró su reciente visita a la frontera de Rumanía y Ucrania, donde escuchó los testimonios de aquellas mujeres que han abandonado su país dejando atrás a esposos, padres y seres queridos, “sin saber cuándo o si se volverán a ver”; y los relatos de niños que abandonaron repentinamente sus estudios, sus juguetes bajo el “sonido aterrador de los bombardeos y los disparos”.

Por su parte, detalló que Unicef dispone de alrededor de 135 personas trabajando en Ucrania con el objetivo de proveer a los niños atención psicosocial, apoyo de salud mental y servicios de protección, y agradeció la labor de sus aliados y de otros actores humanitarios locales.

No obstante, comentó que el entorno para operar en Ucrania es “extremadamente complejo”, como consecuencia de las restricciones de acceso y las cambiantes líneas del frente.

A pesar de ello, celebró que la organización fuera capaz de entregar el pasado domingo 40 toneladas de artículos médicos en 22 hospitales de cinco de las regiones más afectadas por el ataque ruso.

También avanzó que, en colaboración con Acnur, Unicef ha desplegado equipos en Polonia, Hungría, República Checa, República de Eslovaquia y ha ampliado su presencia continua en Rumanía, Moldavia y Bielorrusia para “apoyar las necesidades urgentes de los niños”.

En esa línea, la agencia de protección a la infancia de la ONU ha comenzado la instalación de espacios seguros -los denominados ‘Blue Dot’- en los cruces fronterizos de los países de acogida donde los niños se registran por primera vez.

Del mismo modo, instó a todos los países de acogida a tomar medidas para identificar y registrados a los menores no acompañados y separados de sus familias que huyen de Ucrania, una vez que acceden a su territorio.

Esto le sirvió para enfatizar que “la adopción nunca debe ocurrir durante o inmediatamente después de las emergencias” y conminó a “hacer todo lo posible para reunir a los niños con sus familias”.

Katherine Russell mostró su preocupación por la situación de los casi 100.000 niños, la mitad de ellos con alguna discapacidad, que viven en instituciones e internados, para quienes exigió protección.

Del mismo modo, transmitió su inquietud ante los riesgos que las minas terrestres y los restos explosivos de guerra representan para los menores.

Aseveró que “lo que está ocurriendo a los niños en Ucrania es un escándalo moral” y animó a los miembros del Consejo de Seguridad a “recordar a todas las partes su obligación legal y moral de proteger a los niños y evitar que sean atacados”.

Extendió esa petición para que se garantice la seguridad del equipamiento y personal humanitario y que las sanciones y otras medidas restrictivas “no impidan la acción humanitaria”.

Por último, reiteró su llamado para una “suspensión inmediata de las acciones militares en curso” en Ucrania, ya que se requiere “un alto el fuego y garantías adecuadas para posibilitar un acceso humanitario rápido y seguro a toda la gente que lo necesita en Ucrania” y para que las familias de las zonas más afectadas puedan buscar agua, alimento, atención médica o abandonar sus hogares en busca de un lugar más seguro.

(SERVIMEDIA)
08 Mar 2022
MST/gja