Esto convierte a España en el primer país del mundo en volumen de ventas, seguido de Alemania, Francia, Italia, Estados Unidos y Canadá.

"La venta de nuestras tarjetas", explicó Ruiz-Giménez, "es una gran manifestación de solidaridad humana con los más de 35.000 niños que mueren diariamente en el mundo".

Agregó que Unicef espera superar ampliamente este año los ingresos obtenidos en 1996 con la veta de tarjetas de Navidad, superando los 2.000 millones de pesetas.

"La recaudación por la venta de tarjetas", señaló Ruiz-Giménez, "es para Unicef la fuente más importante de sus recursos generales, para financiar los programas de supervivencia y desarrollo, integrados en las áreas de sanidad, nutrición, abastecimiento de agua potable y educación, que abren camino a niños y adultos de países en desarrollo para que aprendan a ayudarse ellos mismos".

Los ingresos correspondientes al ejercicio de 196 superaron los 4.938 millones de pesetas, lo que supone un incremento de casi el 19 por ciento sobre el anterior.

Una vez consolidados los resultados del año anterior, el Comité Español de Unicef ha ascendido al quinto puesto en la clasificación mundial de comités nacionales, sólo superado por los de Alemania, Japón, Países Bajos y Francia.

Otra fuente de ingresos son los socios, que durante el pasado ejercicio llegaron a ser 175.000 y aportaron más de 1.355 millones de pesetas.