Según la UPA, las enmiendas incrementan los niveles de exigencia de la propuesta de directiva, especialmente en cuanto al precio del agua y a los niveles de calidad e impacto ambiental.

Aunque se muestra a favor de medidas que tengan por objeto un mayo esfuerzo en salvaguardar la calidad de las aguas y su entorno medioambiental, la organización indica que no hay necesidad de mantener actividades productivas como la agricultura de regadío.

"Nos preocupa en gran medida que el precio del agua en la agricultura se incremente para asumir la totalidad de sus costes íntegros y que se pretenda recuperar todos los costes relacionados con el agua, teniendo en cuenta el principio de 'quien contamine paga'", agrega.

Igualmente, rechaza que los principalesobjetivos de la directiva vayan casi exclusivamente a velar por la calidad ecológica del agua, sin tener apenas en cuenta los problemas de escasez de dicho recurso en los países del sur de la Unión Europea, como España, que tiene dificultades de abastecimiento en épocas de sequía.

Además, cree que determinados criterios de niveles de contaminación pueden resultar más exigentes en nuestro país, ya que al tener un menor caudal los ríos, en especial en la época estival, el efecto de dilución de los containantes es menor.

UPA reclama que en la redacción final se tengan en cuenta, a la hora de fijar el precio, los efectos sociales y económicos, así como las condiciones geográficas o climáticas, contando con que un incremento del coste en este recurso supondría una importante pérdida de competitividad para las explotaciones agrarias, especialmente las de pequeña y mediana dimensión.

Por ello, esta organización propone que se tengan en cuenta políticas sectoriales diferenciadas, como es el caso de l agricultura, y se aplique, en cualquier caso, una modulación en el precio por el uso del agua, que salvaguarde la economía de las explotaciones agrarias familiares.