EL VALEDOR DO POBO GALLEGO CRITICA A NEGACION DE LIBERTADES A LOS ANCIANOS POR SUS FAMILIAS
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El Valedor do Pobo de Galicia considera una contradicción que mientras la sociedad actual es permisiva con los jóvenes, que disponen de llaves para entrar y salir de sus casas cuando quieran, esta libertad les sea negada por los adultos a los ancianos, que incluso son considerados "viejos verdes" si desean desarrollar sus derechos afectivos y sexuales, aunque la casa donde viven sea suya.
Esta e una de las principales conclusiones de una ponencia elaborada por el Valedor do Pobo y presentada en un reciente encuentro que el Defensor del Pueblo celebró en Santiago de Compostela con sus homólogos autonómicos.
La persona encargada de coordinar la elaboración del trabajo que servirá de base para el primer estudio conjunto de todos los defensores del pueblo españoles, precisamente sobre la situación de los ancianos en España, fue el vicevaledor segundo del Valedor do Pobo, Celso Montero.
Nacio en Orense hace 62 años, Montero fue sacerdote y misionero en Bolivia antes de hacerse periodista. Posteriormente fue senador por el PSOE durante trece años.
La institución del Veledor do Pobo le encargó coordinar un informe sobre la situación de las residencias de ancianos, pero tras realizar las primeras gestiones descubrió que ese es sólo un aspecto del problema que afecta a las personas mayores.
Las conclusiones sobre la vulneración de los derechos afectivos y sexuales de los mayores fueron btenidas después de estudiar investigaciones de sexólogos americanos y los resultados de encuestas realizadas por la Universidad de Santiago de Compostela.
Según estas encuestas, la mayoría de los ancianos mantienen vivos los mismos deseos y necesidades de su vida de adultos, pero se ven obligados a reprimirlos por los prejuicios de la sociedad o por respetar la memoria del cónyuge fallecido.
En declaraciones a Servimedia, Celso Montero manifestó que "los viejos viven ahora mejor que nunca y lo sben y lo agredecen, pero también sufren privaciones injustas de sus derechos constitucionales, a veces por prejuicios y a veces por egoísmos de herencias de hijos, que temen salir perdiendo si el padre o la madre se casan de nuevo".
A juicio de Montero, son necesarias campañas divulgativas, dirigidas tanto a la sociedad como a los ancianos, para que tomen conciencia de sus derechos afectivos y sexuales y para que no alimenten complejos de culpa, que a menudo esconden avengonzados y obligados por la acitud de los adultos.
(SERVIMEDIA)
23 Oct 1992
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