Las tendencias al alza en el último año se dieron en la mayor parte de los cultivos, con más impulso en hortalizas, herbáceos y frutales en su modalidad de regadío. Por el contrario, el valor del suelo agrario se vio afectado en el olivar de secano y en los prados y pastizales.

En el caso de los invernaderos para el cultivo de hortalizas, el informe recoge que el suelo agrario más caro en términos unitarios alcanzó en 2023 un valor de 163.400 euros. En el extremo contrario, el menor valor por hectárea correspondió a prados y pastizales, con 10.200 euros.

En los cítricos, el valor del suelo agrario se situó en 55.100 euros por hectárea en media nacional, con un aumento del 1% en el último lustro. En el caso de los frutales no cítricos, en regadío registraron un valor del suelo de 39.300 euros y en secano fue de 22.400 euros y con perspectiva temporal a cinco años se refleja un rendimiento negativo del 0,6% en regadío y positivo del 3,4% en secano.

En olivar, el valor fue de 36.400 euros en regadío y de 23.600 euros en secano, con un rendimiento del 1,2% y el 0,2%, respectivamente. Para el viñedo, en regadío en España muestra desde 2020 una ligera tendencia alcista, situándose el valor en 28.500 euros, y en secano, la modalidad que se ha visto más afectada por la sequía, el valor del suelo ronda los 25.300 euros, mostrando una revalorización del secano del 1,9% desde 2018 y del 1,1% en regadío.

Por su parte, los herbáceos reflejaron 29.400 euros en regadío y 12.800 euros en secano, con revalorizaciones del 2,8% y el 1,7%, respectivamente. Por último, los prados y pastizales, el valor medio se situó en 10.200 euros.

Así, según las tasaciones de Tinsa, en los últimos cinco años los cultivos que han generado un mayor retorno han sido el frutal secano, un 3,4% más, y el herbáceo regadío, un 2,8% más.

En el último año, la evolución del precio de la almendra se ha moderado, mientras que en el frutal secano se ha observado un mayor impulso de las hortalizas al aire libre y de los herbáceos y frutales no cítricos en regadío.

Por otro lado, Tinsa indica que la revalorización del suelo rústico se concentra en las fincas con acceso a agua y en los cultivos con posibilidades de transformación.

EL CAMBIO CLIMÁTICO "MERMA LA PRODUCCIÓN"

La directora del Servicio de Estudios de Tinsa, Cristina Arias, apuntó que “el cambio climático merma la producción de todos los cultivos”, pero “tiene especial incidencia en las modalidades de secano, más sensibles a su entorno natural”. “Esto incrementa el valor de los cultivos de regadío y está impulsando la búsqueda de técnicas que permitan un uso eficiente del agua”, resaltó.

Aunque las alteraciones del clima están afectando de forma generalizada, el informe destaca que, en algunos tipos de cultivo como herbáceos, olivar y hortalizas, ha sido posible compensar el impacto del descenso de producción con el incremento en el precio del producto.

“Por el contrario, otros cultivos se enfrentan a una demanda debilitada, como ha ocurrido con el viñedo y con algunos frutales desde la pandemia, o a la competencia asimétrica en precios de terceros países, como están sufriendo los cítricos”, señaló Arias, con lo que “en estos casos el encarecimiento del precio del alimento no se ha podido implementar o se ha producido solo parcialmente”.

Algunas de las tendencias destacadas de 2023 apuntadas en el informe también se refieren al incremento del precio de los cereales a consecuencia de la guerra en Ucrania, la recuperación de la demanda de los frutales de hueso y pepita tras varios años de ventas reducidas por un cambio en las preferencias de los consumidores hacia otras variedades tropicales, así como la potenciación del cultivo de limones frente a las naranjas.