Transportes

Viajar en avión es “complicado" e "inaccesible" en todas sus fases para las personas con discapacidad

- Según un estudio realizado por el Foro Europeo de la Discapacidad con la participación del Cermi

MADRID
SERVIMEDIA

Viajar en avión no garantiza la igualdad de acceso para las personas con discapacidad, pues habitualmente encuentran discriminaciones y barreras en todas las fases del proceso, desde la compra del pasaje hasta el vuelo.

Así se desprende del estudio ‘Rights Delayed: Air Travel for Passengers with Dissabilities’ (Derechos Retrasados: Viaje Aéreo para Pasajeros con Discapacidad), en el que también ha participado el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (Cermi).

A pesar de que Europa cuenta con un reglamento específico sobre los derechos de los pasajeros con discapacidad o movilidad reducida en el transporte aéreo, la realidad es que el 67% de los 251 participantes en la encuesta de EDF expresó que no tiene un acceso igualitario en el caso de este medio de transporte.

Los problemas para las personas con discapacidad no empiezan en el aeropuerto, sino que comienzan desde el momento de la planificación y reserva del billete, por la falta de información y la incertidumbre sobre la aceptación de equipos.

El 50% de los encuestados señaló que la barrera más común con la que se encuentran a la hora de preparar su viaje son los procedimientos administrativos y de reserva, que pueden resultar “complicados, inaccesible y añadir una carga extra a los pasajeros”.

Otros problemas comunes en esta etapa son la falta de disponibilidad y claridad de la información sobre la aerolínea o el aeropuerto, así como la accesibilidad de las webs y las apps.

LÍMITE DE VIAJEROS CON DISCAPACIDAD

El estudio también alertó de que 20 de las 30 aerolíneas analizadas no publican criterios claros sobre cuántas personas con discapacidad aceptan a bordo. Además, 12 compañías aéreas no publican las dimensiones máximas permitidas para ayudas técnicas.

Los problemas persisten en los aeropuertos, ya que el 12% de los encuestados apuntó a la denegación del embarque como la situación más frecuente que se encuentran el día del viaje.

Las aerolíneas se escudan en razones de seguridad, como la dificultad para evacuar en caso de emergencia, no viajar con un asistente o un límite establecido de personas con discapacidad por vuelo. El informe señaló a Ryanair o Tarom, que limitan a dos las sillas de ruedas en el avión.

Los pasajeros con discapacidad también cuestionaron la calidad de la asistencia en el aeropuerto y la accesibilidad a los aviones, con un 45% en ambos casos, en tanto que los controles de seguridad y fronteras dificulta el viaje a un 39% de los encuestados.

Una vez a bordo, el 35% también encuentra barreras con la calidad de la asistencia en el avión, como, por ejemplo, la inexistencia de baños accesibles en los aviones de un solo pasillo o la ausencia de sillas de pasillo en compañías como Vueling.

El estudio de EDF incluye testimonios como el caso de un pasajero con discapacidad física en España que expuso que tiene que reservar asistencia con antelación, sin poder facturar en línea y con la obligación de estar en el aeropuerto mucho antes.

“A veces tardan 30 minutos en facturar con una silla de ruedas porque el personal no conoce el proceso (...) Lo más importante es que no podemos viajar con nuestras sillas en cabina. Al aterrizar, he esperado a veces más de una hora por la asistencia", comentó.

Además, en el caso de pérdida o daños a productos de apoyo, considerados equipaje bajo el Convenio de Montreal, la indemnización máxima ronda los 1.600 euros, una cantidad insuficiente para usuarios de sillas eléctricas o personalizadas que tienen un coste muy superior.

TRANSPORTE AÉREO EN ESPAÑA

EDF reconoció en este informe que España posee uno de los marcos de ejecución más potentes, con multas elevadas y decisiones vinculantes, aunque los pasajeros aéreos con discapacidad siguen denunciando discriminación y barreras operativas.

España es el país en el que se imponen las sanciones más elevadas. El organismo nacional de ejecución, que en el caso de España es la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) tiene capacidad para multar con entre 4.500 euros y 4,5 millones de euros, una cifra por encima de la media europea y a gran distancia de los 860 euros de Lituania.

Además, España es, junto con Italia, el país con más personas dedicadas de forma específica a asegurar el cumplimiento del reglamento europeo, con cinco trabajadores para este fin frente a un solo trabajador de Finlandia, Dinamarca, Estonia, Luxemburgo, Rumanía, Eslovenia y Eslovaquia.

España también es uno de los 14 países en los que su organismo nacional de ejecución (AESA) tiene la potestad de tomar decisiones vinculantes y no solo recomendaciones. Asimismo, AESA colabora con organizaciones de personas con discapacidad, si bien no cuenta con consejos asesores sobre discapacidad como parte del propio organismo, como sí ocurre en Dinamarca, Irlanda o Italia.

EDF destaca como un aspecto positivo de España que AESA actúa explícitamente como cuerpo de resolución de disputas, algo similar a Austria y Eslovaquia.

Por otro lado, cita a AENA en Madrid y Barcelona como ejemplo positivo por permitir reservar asistencia a través de aplicaciones y formularios en línea claros, y por publicar sus Estándares de Calidad.

También incluyó a la aerolínea española AlbaStar como un caso de éxito, al demostrar que es posible evacuar un avión lleno de pasajeros con movilidad reducida en 90 segundos.

Por el contrario, Vueling e Iberia aparecen como aerolíneas con prácticas negativas. La primera no proporciona sillas de ruedas de pasillo en ningún vuelo, mientras que la segunda establece límites de pasajeros con discapacidad, de aproximadamente el 50% del pasaje y aplica criterios de "comodidad" para obligar a llevar acompañante.

Iberia también exige una prenotificación de 72 horas para perros de asistencia en rutas específicas, y supera así el estándar de 48 horas.

(SERVIMEDIA)
08 Dic 2025
NFA/pai