Según informó tras la Junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, durante las actividades del Orgullo en la capital el Samur llevó a cabo 300 atenciones, de las que solo una se pudo considerar grave, al tratarse de una intoxicación severa por consumo de drogas.

En cuanto a las quejas por el aforo, algunas personas en redes sociales denunciaron que hubo gente que no pudo entrar a la Plaza de España, a pesar de que dentro del recinto había espacio. Sanz restó importancia a las críticas y explicó que el aforo se fija “a nivel técnico por motivos de seguridad y son los profesionales quienes establecen cual es el adecuado”.

En la misma línea, la vicealcaldesa celebró que las personas que llegaron de fuera “hayan podido disfrutar de la ciudad” y que un año más, “a pesar de los intentos de muchos de tratar de decir que el Ayuntamiento pone palos en las ruedas, lo único que se ha hecho es establecer un dispositivo amplísimo para que el Orgullo se desarrollara con normalidad”.

Por último, subrayó que “la implicación en ese sentido del Ayuntamiento es total y absoluta ante un grandísimo evento de ciudad” y que el año que viene se va a seguir celebrando en las mismas condiciones de normalidad”.