La operación, llevada a cabo con el máximo secreto, consistió en el rastreo del polígono industrial de la localidad zaragozana de Villanueva de Gállego, donde la Guardia Civil registró sin éxito una de las industrias ubicadas en el lugar en busca de la joven.

Para respaldar sus afirmaciones, el vidente, cordobés y residente en Francia aunque no ha trascendido su identidad, demostró que había participado con éxito en el programa televisivo "Quién sabe dónde"proporcionó abundantes datos a la Guardia Civil de la nave en la que creía se encontraba la secuestrada, en la localidad de Villanueva de Gállego.

El hombre incluso llegó a dibujar un plano detallado de las instalaciones, que según dijo nunca había visitado antes, y explicó que Anabel estaba retenida en un zulo subterráneo que se hallaba en las proximidades de una perrera. Además, aseguró que era cuidada por la misma persona que se encargaba de llevar la comida a los perros, de la que hizo una ampliadescripción.

Tras una primera inspección de la zona, donde los agentes de la Guardia Civil, acompañados por el vidente, localizaron la nave industrial que éste había detallado, el grupo de investigación realizó con mandamiento judicial un registro minucioso en el que se llegó a encontrar la perrera descrita por el hombre.

Sin embargo, los agentes comprobaron que el zulo no existía y que, por otra parte, las características físicas de la persona que se encargaba de los perros difería considerablemnte de la aportada por el vidente.

Fuentes cercanas a la investigación aseguraron que aunque la pista aportada por el vidente no dió resultado positivo alguno, las especiales circunstancias que rodean el secuestro de Anabel Segura, el más largo de la historia, aconsejan comprobar cualquier dato o información por pequeña o descabellada que pueda parecer.