Es la tercera ocasión en la que Anasagasti se dirige a Rouco Varela con motivo de esta visita del Papa, aunque esta vez lo hace sin el concurso del portavoz de CiU, Xavier Trias, quien se sumaba a los reproches por no recibir a los representantes de los grupos parlamentarios, y limitarse al PP y el PSOE.

En una irónica isiva, Anasagasti felicita al presidente del Episcopado por "el éxito" de esta visita "según las previsiones que usted había diseñado conjuntamente con el Gobierno del Partido Popular", y le reprocha que no contestara a sus anteriores cartas, aunque lo hizo el portavoz de los obispos españoles, monseñor Asenjo.

En esta respuesta, se argumentaba que por motivos de salud y por la brevedad de la visita, el Papa no podía recibir a todos, a lo que Anasagasti replica que "ha resistido bien", y ha encontradotiempo suficiente "para que recibiera a la Familia Real, figura, que no existe en la Constitución, y a la familia del presidente, José María Aznar, un total de "veinte personas".

Con ello, indica, "consagra la figura de Familia Real como en el siglo XIX" y "eleva a la familia Aznar al mismo rango que la real o la Sagrada Familia, en conexión con la boda de El Escorial", además de "designar" un jefe de la oposición, José Luis Rodríguez Zapatero, que no existe tampoco en nuestro sistema parlamentario. Además, reprocha que el Papa hablara de "regiones", cuando Cataluña, Galicia y el País Vasco "son naciones sin Estado, y que se le impidiera leer una carta de 530 sacerdotes vascos en la que realizaban una relexión sobre la situación de Euskadi, para aludir luego al "nacionalismo exasperado", concepto con el que aseguró no identificarse.

NI REPUBLICA NI IKURRIÑA

"Ha logrado usted el gran milagro", añade. "Ver al ministro Trillo besar el anillo del Papa sin previo reconocimiento de sus graves pecaos, organizarle un precioso acto electoral al PP, silenciar la beligerancia guerrera del señor Aznar, impedir que el Papa leyera la carta de los 530 sacerdotes vascos, y que en las distintas concentraciones sólo hubiera banderas rojigualda y ninguna republicana y, mucho menos, ninguna ikurriña".

Asimismo, felicita a Rouco Varela por haber logrado "algo mucho más importante. No sólo que el agnóstico líder del PSOE escuche una larguísima misa por motivos estrictamente electorales, sino que muchos de loscatólicos vascos se den cuenta de que la jerarquía eclesiástica ha cambiado muy poco de pensamiento en relación con aquella de 1936 que bendijo la Santa Cruzada".

Concluye que no sólo los nacionalistas, sino los vascos de "buena voluntad", se dan cuenta de que "el pertenecer a un Estado que tiene semejante COnferencia Episcopal no sólo hace daño a la fe, sino al amor y al respeto que predicó hace 2.000 años alguien que echó a los mercaderes del templo".