En una entrevista que hoy publica "La Vanguardia", Trias admite "discrepancias" con el Partido Popular sobre la financiación de la sanidad y las inversiones en Cataluña, dos temas en los que CiU, según Trias, quiere tener una "incidencia especial", por lo que están en "plena negociación".

su juicio, sería positivo que el presidente del Gobierno, José María Aznar, y el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, se entrevistaran "en seguida", se vieran de una manera "más habitual" y sus relaciones fueran más "fluídas".

Xavier Trias insiste en que en CiU hay una "posición unitaria muy clara" y, aunque admite que el ambiente "no es bueno", considera que no hay desconfianza. Lo que hay que hacer es, en su opinión, "hablar menos a través de los medios de comunicación", evitar las "declaracines y contradeclaraciones" y fomentar las relaciones personales.

"Yo he estado hablando con el vicepresidente del Gobierno, Francisco Alvarez Cascos, después de toda la polémica de declaraciones y contradeclaraciones. Cuando se habla directamente, sin intermediarios, nos damos cuenta de que nos estamos peleando por cosas que son ridículas. Hablamos por teléfono y nos ponemos en seguida de acuerdo", explica Trias.

A pesar de la importancia de la entrada de España en la moneda única, Xavier Trias airma que el cambio de etapa no significará automáticamente la ruptura del pacto con el Gobierno, ya que CiU debe ser capaz de hablar con el PP y con el PSOE para solucionar el encaje de Cataluña en el conjunto del Estado.

"Cerrarse a la participación con el Gobierno es un error que CiU no cometerá", sentencia Trias, quien reconoce el "descontento" de su formación por carecer del "grado de soberanía que quisiéramos". No obstante, se muestra comprensivo con aquéllos a quienes resulte "incómodo que los ctalanes estén siempre con la reivindicación permanente".

Por otro lado, Xavier Trias da por zanjada la polémica abierta tras los abucheos a Raimon en el homenaje a Miguel Angel Blanco. Aunque considera necesaria una "campaña pedagógica" para que no se repita algo similar, está convencido de que José María Aznar no pretendía agraviar a Cataluña cuando dijo que había sido una anécdota.