El programa de acogimiento familiar comenzó en Galicia en el año 1992 y benefició a 245 personas. Durante el año 93 fueron 252 las personas que se apuntaron a la iniciativa y este año se prevé llegar a 300 ancianos y minusválidos, que aportan el 60 por ciento de sus ingresos para colaborar económicamente en los gastos que su estancia va a ocasionar en su nuevo hogar.

El programa de acogimiento familiar tiene similitud con la institución del "vitalicio", contemplado en el derecho civil galleg.

El decreto que regula esta forma de ayuda social prohibe expresamente que el contrato de acogida contemple la cesión de bienes a cambio del acogimiento, como ocurre con el "vitalicio", según manifestó a Servimedia el responsable de Servicios Sociales de la Xunta, Manuel Aguilar, quien reconoció que no es sencillo controlar que no ocurra en algún caso.

Los acogedores deben tener de 18 a 60 años, aunque este año está previsto que puedan seguir dentro del programa personas que lo hubieran iniciadohace uno o dos y que estén en condiciones de seguir atendiendo a un anciano o a un minusválido y cumplan los requisitos referidos a condiciones físicas y económicas.

El anciano o minusválido acogido por una familia aporta un porcentaje de sus ingresos a ésta, que recibe otra parte de la administración, hasta completar unas cantidades revisadas anualmente y que varían en función del nivel de asistencia que precisen las personas acogidas.

Para dar impulso a este programa, la Xunta ha incrementado ls dotaciones presupuestarias de 40 a 140 millones. Según Manuel Aguilar, los informes sociales que maneja su departamento no revelan existencia de interés económico ni existen quejas por malos tratos o abandonos.

Pueden acoger ancianos y minusválidos con ayuda de la Xunta familias y parejas con una relación análoga a la familiar, así como personas que vivan solas. El grado de minusvalidez ha de ser igual o superior a un 75 por ciento. Cada familia o pareja podrá acoger a un máximo de dos personas ancinas o minusválidas.