La firma tendrá lugar en la sede del Ministerio de Trabajo y, junto a Díaz, los encargados de rubricar el pacto serán los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, respectivamente. Desde 2018, el SMI ha aumentado un 54%. Solo en la subida de enero de 2020, antes de la pandemia y con Díaz recién nombrada ministra de Trabajo, se logró un acuerdo tripartito con el apoyo de la CEOE, cuando este indicador pasó de los 900 a los 950 euros. La revalorización de este año se aprobará próximamente en Consejo de Ministros y tendrá efectos retroactivos desde el 1 de enero.

Díaz, Sordo y Álvarez mostraron su satisfacción en los últimos días tras el acuerdo bilateral, aunque UGT considera que todavía el SMI no ha alcanzado el 60% del salario medio en España, un umbral que, en su opinión, se rebasaría por encima de los 1.200 euros.

La revalorización de este indicador no cuenta con el apoyo de la CEOE que, pese a ser la primera en plantear una propuesta a finales de 2023 para incrementar el SMI, se desmarcó del Gobierno y los sindicatos, por no aceptar el primero dos peticiones que eran imprescindibles para los empresarios.

CONTRATOS PÚBLICOS

En concreto, CEOE propuso subir el SMI entre un 3% y un 4%, aunque ponía como condición indispensable que los contratos públicos con empresas afectadas por el SMI vieran actualizado su importe con las revalorizaciones que se fueran aprobando. También reclamó una bonificación del 20% en las cotizaciones sociales de las empresas del sector del campo.

En un inicio, Díaz se mostró receptiva a la petición de los contratos públicos pero la vicepresidenta primera y titular de Hacienda, María Jesús Montero, rechazó de plano la medida. En aras del acuerdo, Gobierno y sindicatos estuvieron dispuestos a que el SMI creciera un 4%, pero el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, avisó a los empresarios de que si se descolgaban del consenso, la revalorización sería mayor, dado que ya tendrían que buscar el acuerdo solo con los sindicatos.

Y así sucedió. El pasado viernes se celebró la cuarta y última reunión de la negociación, de la que salió el pacto bilateral entre Trabajo, UGT y CCOO, con el que se decidió que el SMI aumentara un 5%.

Yolanda Díaz indicó que es “un error” la postura de la CEOE y denunció que “no están del lado de la gente de su país”, ante el que dijo que “tendrá que rendir cuentas”.

CCOO y UGT expresaron también su deseo de que la patronal hubiera estado en el pacto. Pero la CEOE, que se ha mostrado comprensiva con la postura sindical, cargó contra el Gobierno por no hacer más esfuerzos para intentar que se pudiera sumar al pacto. De hecho, el presidente de la patronal, Antonio Garamendi, criticó que en el tema de la indexación de los contratos públicos haya “dos gobiernos o más”.

REUNIÓN DE LA DISCORDIA

Así las cosas, el cruce dialéctico no ha hecho más que incrementarse con el paso de los días entre la ministra de Trabajo y la propia CEOE, dado que Díaz reveló este lunes que la última reunión para negociar la subida del SMI la convocó tras una petición de la CEOE para “intentar reabrir el debate en su Ejecutiva” sobre las posibilidades de alcanzar un acuerdo.

“La patronal me pidió la semana pasada que yo convocara una mesa específica para intentar darles a ellos la posibilidad de solventar en su Ejecutiva el acuerdo, cosa que hice. NO tenía por qué volver a convocar la mesa y la volví a convocar en aras al intento de alcanzar el acuerdo”, declaró Díaz en una entrevista en Antena3 recogida por Servimedia.

Pero Garamendi salió al paso este martes de estas declaraciones y, a preguntas de la prensa, desmintió a la vicepresidenta segunda, asegurando que “claramente eso es falso” que la patronal pidiera una última reunión sobre la subida del SMI. Explicó que el Gobierno planteó su posición y añadió que “lógicamente tenía que haber una siguiente reunión para plantearle cuál era la conclusión”, pero “nada más”.

“Yo creo que hay dos errores en esas declaraciones: el primero es un dato que no es real y el segundo, sinceramente, que yo creo que las cosas de la mesa tampoco se trasladan al público. Es decir, yo creo que se quedan en la mesa porque lo importante es que ese diálogo siga fluyendo”, lamentó el presidente de los empresarios españoles.