Zapatero introdujo esta reflexión en su discurso de clausura de la Conferencia Política que ha celebrado el PSOE en Madrid este fin de semana. A su juicio, una de las dos preguntas clave a las que tiene que hacer frente la sociedad española en los próximos años es cómo convivir en un país que tiene cambios demográficos tan importantes.

Unos cambios que no vienen derivados sólo de los flujos migratorios -también de la incorporación de la mujer al trabajo, de la soledad de los niños en las grandes ciudades, etc- pero que tienen en los inmigrantes la cara más visible del fenómeno.

"Todo eso", advirtió al millar de asistentes a la conferencia, entre los que están numerosos candidatos a alcalde, "exige respuesta que favorezca la convivencia y esa respuesta no es mirar para otro lado, echar la culpa a los de fuera. No es hacer demagogia y mucho menos cuando se trata de la inmigración".

Porque, cuando se habla de "seres humanos que sufren", asegura el presidente del Gobierno que siempre le ha "repugnado" hacer política en torno a los miedos al inmigrante. Recordó, por contra, que gracias en parte a esos inmigrantes, hay hoy en España un fondo de reserva de la Seguridad Social cercano a los 40.000 millones euros.

"Todos conocemos a la sociedad española, sabemos los esfuerzos que ha hecho por conquistar la democracia, por llevar el bienestar a donde nunca la había. Y os digo que España y los españoles vamos a saber articular la convivencia con las personas que vienen de fuera haciendo un esfuerzo", recalcó, ante el aplauso de los suyos en elPalacio de Congresos y Exposiciones Juan Carlos I.

El Gobierno está haciendo la política "conveniente" y el esfuerzo "necesario" para que el principio de legalidad se cumpla. "Legalidad desde luego para entrar en nuestro país, para salir repatriado y para (regularizar) a aquellos que habían entrado en nuestro país y estaban trabajando fraudulentamente sin derechos ni deberes", explicó.