Un estudio desmonta tópicos negativos sobre la inmigración

MADRID
SERVIMEDIA

La inmigración tiene efectos beneficiosos sobre la economía española, el ‘efecto llamada’ es irrelevante y la sobreutilización de las prestaciones por parte de los inmigrantes es un “mito”.

Son conclusiones recogidas en el último ‘Anuario de la Inmigración’, que elabora el Centro Barcelona de Asuntos Internacionales (Cidob) y que este año lleva por título ‘La inmigración en el ojo del huracán’.

El informe analiza los efectos que provocan los diversos ataques y manifestaciones de rechazo a la inmigración por parte de partidos y movimientos populistas de extrema derecha. “Los partidos populistas se están aprovechando del deterioro de la economía, de la preocupación de la opinión pública por la inmigración, de las actitudes y prejuicios hacia los musulmanes y el islam, así como del descontento social hacia las élites dominantes. Las opiniones e ideas que albergan estos partidos han venido para quedarse”, señalan los autores.

EFECTO 'IMÁN'

El anuario dice que la realidad es que la inmigración tiene efectos positivos sobre el PIB, en segmentos laborales nativos complementarios y, solo eventualmente, consecuencias negativas muy limitadas en segmentos con trabajadores nativos sustitutivos.

La inmigración de alta cualificación en España presenta unos resultados laborales diferentes y peores que en otros países analizados, lo que se traduce en una menos provechosa utilización por parte del mercado español de las oportunidades aportadas por esta población.

Sobre el ‘efecto llamada’ del Estado del bienestar español, las conclusiones de los autores son claras: ni la literatura empírica confirma la existencia de un efecto imán, ni las características del Estado de bienestar español parecen ser las más adecuadas para ejercer dicho efecto con intensidad.

Respecto a una hipotética sobreutilización de las prestaciones por parte de los inmigrantes, el anuario habla de mito, porque estos, pese a tener rentas menores, tienen menor acceso a las prestaciones sociales monetarias. A diferencia de Europa, en España los datos muestran que el aumento del desempleo apenas habría afectado a la opinión de los españoles respecto a conceder los mismos derechos a los inmigrantes.

Durante 2016 inmigraron a España alrededor de 420.000 personas, dato que confirma la persistencia de la inmigración. Supera en un 22% la cifra de 2015 y marca un máximo histórico en la serie de entradas a España sólo superada por el registro récord de 2007-2008.

En 2016 se registraron alrededor de 325.000 salidas, un 4% menos que en 2015, lo que supone 4 años seguidos de reducción. Tres de cada cuatro partidas al extranjero habrían sido protagonizadas por ciudadanos de nacionalidad extranjera –retornos o re-emigración a terceros países. Los emigrantes de nacionalidad española nacidos en España ascienden a 55.000 personas, cifra levemente inferior a la de 2015 pero mayor que en 2014, por lo que no debería interpretase como una tendencia a la baja en la salida de españoles al exterior.

Según datos de Acnur, en los nueve primeros meses de 2017 se habrían presentado en España 23.200 solicitudes de asilo, un número superior a las 16.600 de 2016. Venezuela fue el país que generó más solicitudes de asilo en 2016, seguido de Siria, si bien nueve de cada diez soluciones favorables recayeron sobre solicitantes sirios. En los tres primeros trimestres de 2017, las solicitudes de asilo recibidas por España se acercan al 5% del medio millón de solicitudes presentadas en la UE.

En los años transcurridos desde 2011, la política migratoria y de asilo española ha adquirido, en opinión de los autores del anuario, “un perfil cuasi técnico o de tipo gerencial, estacionada en un segundo o tercero nivel de prioridad, por lo que la acción gubernamental ha resultado poco menos que invisible”.

Entre 2005 y 2015 se han naturalizado en España más de un millón de extranjeros, la mayoría de ellos después de la crisis de 2008. Sobre la actual normativa y evolución de las concesiones de la nacionalidad española, destacan que en esta normativa aún está muy presente “un enfoque decimonónico de la nacionalidad vinculado al territorio, las relaciones históricas, el idioma y una cultura común, por lo que es urgente homogeneizar los requisitos de residencia para obtener la nacionalidad y eliminar toda discriminación”.

(SERVIMEDIA)
14 Dic 2017
JRN/gja